DOI 10.4067/S0718-83582016000100001

 

Vivienda rural, tecnologías apropiadas; segregación habitacional y gentrificación comercial

 

Gustavo Carrasco Pérez1

 

En octubre de este año, la Revista INVI cumple 30 años de ininterrumpida publicación. Fundada como Boletín, como una publicación periódica del Instituto de la Vivienda, de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, tenía por objetivo difundir y posicionar la problemática habitacional en el contexto nacional, así como difundir la labor del Instituto en dicho campo temático.

No obstante, la publicación fue evolucionando y progresando a través del tiempo, creciendo no solo en volumen y en diseño, sino en contenidos, instalando el sintagma “Hábitat Residencial” como un enfoque elaborado por el Instituto de la Vivienda para abordar, con la complejidad que aquello significa, el análisis del campo temático que podríamos denominar “el lugar donde la gente habita”.

Este proceso evolutivo de contenidos de la Revista, desde la vivienda social y la problemática habitacional a la cobertura de temáticas derivadas o asociadas al estudio y la comprensión de los distintos fenómenos que inciden o afectan la configuración y el desarrollo del hábitat residencial, da cuenta a su vez del proceso experimentado por el propio Instituto en el desarrollo de su quehacer interno, tanto en el campo de la investigación, la docencia y la difusión.

El presente ejemplar de la revista da cuenta de lo anterior, incluyendo seis artículos y una opinión que abordan distintos fenómenos que inciden en la configuración y desarrollo del hábitat residencial. En prácticamente todos ellos, se tocan aspectos que dicen relación con políticas o acciones públicas, el rol del Estado y la acción del mercado en un contexto neoliberal y de segregación de la población. Resulta interesante recorrer a través de estos artículos, casos o situaciones que corresponden a realidades distintas como pueden ser las de Chile, de Argentina y de España.

El primer artículo de este número es “Damnificados de la reconstrucción post-terremoto. Efectos del modelo en el hábitat rural del Maule”, de Stefano Micheletti y Francisco Letelier Troncoso. Como se señala en el resumen, “tras el terremoto y tsunami del 27 de febrero de 2010, la política de reconstrucción implementada por el gobierno de Chile favoreció el liderazgo de los agentes privados en el proceso y propuso soluciones estándar para todos los territorios, con un claro sesgo urbano”. Más adelante en el texto se lee “los programas de reconstrucción han operado desde una lógica neoliberal, privilegiando la conformación de un mercado inmobiliario vinculado a la reposición de viviendas y no a la entrega de soluciones de calidad para los damnificados, sus barrios y pueblos”. En las conclusiones los autores señalan que “con un Estado que dejó en manos del mercado la provisión de soluciones, las alternativas para las familias rurales damnificadas se redujeron, en la práctica, a la vivienda tipo (prefabricada), a la autoconstrucción asistida (que tuvo un impacto menor y que operó con modelos estandarizados). La modificación de la tipología de vivienda afectó negativamente la identidad de las diversas localidades y su imagen tradicional, ya que representa un elemento central de la vida rural, en el que confluye cultura y función”.

Xenia Fuster Farfán aborda en el segundo artículo “La histórica deuda de las políticas sociales: pertinencia territorial. El caso del programa habitabilidad, Chile” y destaca “la importancia de las particularidades sociales, culturales y territoriales que debería incorporar la intervención social del Programa Habitabilidad dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, tanto en su impacto y sustentabilidad, así como también, en la calidad de vida de las familias participantes del mismo”. De hecho, plantea que “las limitaciones en la implementación de las políticas sociales dice relación con dos elementos particulares que justifican el planteamiento del problema: El primero es el funcionamiento estatal, el cual se rige por normas que pretenden un alcance universal, centralizadas y por una evaluación de la acción regida por la legalidad del proceso más que por sus resultados e impactos efectivos sobre la población. El segundo tiene relación con la concepción de las mismas políticas, las que suponen que existe homogeneidad de los destinatarios, lo que trae consigo problemas de implementación que se corrigen en la marcha sin sistematizar ni evaluar estos procesos”.

En el tercer artículo, Graciela Melisa Viegas, Carolina Walsh y María Victoria Barros abordan la “Evaluación cuali-cuantitativa de aislaciones térmicas alternativas para viviendas. El caso de la agricultura familiar”. En este artículo, las autoras se refieren a la situación en la que deben desenvolverse los agricultores familiares localizados en Gran La Plata y Berazategui, ambos en la Provincia de Buenos Aires, Argentina. Como se señala en el resumen, dichos agricultores “están condicionados por la situación de arrendamiento de la tierra en la que viven y trabajan y por su frágil situación económico-productiva”. La no tenencia de la tierra se traduce en una baja inversión de parte de las familias en la configuración de su hábitat, lo que a su vez incide en una calidad de vida deficitaria. El artículo da cuenta de la experiencia de dos proyectos de extensión universitaria de la Universidad Nacional de la Plata orientados a generar, en conjunto con las familias involucradas, propuestas y mejoras de sus viviendas, investigando con materiales alternativos y sistemas constructivos para la aislación térmica y utilizando materiales de descarte o de origen natural.

El cuarto artículo intitulado “Vivienda Social en Córdoba, efectos de la segregación residencial y el crecimiento urbano (1991-2008)” de María Cecilia Marengo y Ana Laura Elorza analizan el Programa “Mi Casa, mi Vida” o “Plan de las 12.000 viviendas” y el rol del Estado en la producción y reproducción de la segregación residencial en el período 1991 al 2008. Así, dan cuenta de la relación entre dichas políticas y la localización de los conjuntos habitacionales, el efecto que ésta genera en términos del crecimiento en extensión de la ciudad y su incidencia en la evolución de la segregación residencial. Dichas políticas públicas habitacionales se encuentran condicionadas al valor del suelo urbano y a las restricciones presupuestarias, situación que no es ajena por lo demás a lo que ocurre en la mayoría de las urbes latinoamericanas.

El quinto artículo “Ciudad segregada en España: urbanizaciones cerradas en Valencia y Sevilla”, de Arsenio Villar Lama y Miguel García Martín se refiere a las urbanizaciones cerradas en el caso de las ciudades de Valencia y Sevilla, en España como realidades en pleno desarrollo en dicho país, constituyéndose en nuevas fórmulas de segregación urbana que acentúan la segregación física y social de la ciudad afectando no tan solo a la morfología de las mismas, sino que también al uso y a la calidad de los espacios públicos e incidiendo en los comportamientos individuales y colectivos.

El sexto artículo, “Transformación de mercados municipales de Madrid. De espacio de consumo a espacio de esparcimiento”, de Luis Salinas Arreortua aborda el proceso de gentrificación en Madrid, tomando como casos de estudio el mercado de San Antón y el mercado Los Mostenses. Resulta interesante el enfoque del autor al estudiar dicho proceso de gentrificación, no directamente desde el ámbito residencial sino de la actividad comercial a partir de las transformaciones observables en diversos mercados municipales en la ciudad de Madrid. En estos mercados se produce un desplazamiento del comercio que existía originalmente para ser sustituidos por un comercio más orientado al turismo y al consumo de sectores de mayor poder adquisitivo, provenientes de otros sectores de la ciudad. Se produce así una dinámica que el autor califica claramente de corte neoliberal. En algunos casos, este proceso de gentrificación del espacio comercial anticipa la gentrificación residencial.

Finalmente, este número de la Revista presenta una opinión de Juan Blanco Moya, “Hacia el diseño y gestión de barrios sustentables en Chile”, donde el autor plantea la necesidad de repensar los sistemas urbanos desde la visión integradora proveniente de la ecología académica. Lo anterior, en un contexto en que el fuerte desarrollo experimentado en el país por el mercado inmobiliario y la producción de vivienda privilegia un patrón de crecimiento que a su vez impulsa la expansión del suelo urbano, la pérdida de suelos agrícolas, la segregación social de la población y el incremento en el gasto en energía y materiales.

 

1 Chile. Arquitecto, académico Instituto de la Vivienda, Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.