doi 10.4067/S0718-83582015000100002

 

El paisaje urbano de emergencia en Valdivia, Chile: contribuciones a la planificación y diseño urbano post-desastre para la restauración1

 

Paula Angélica Villagra Islas2, Sylvia Cristina Felsenhardt Rosen3

2 Chile. Arquitecto y Arquitecto del Paisaje (PUC), Ph. D Percepción del Paisaje (The University of Melbourne). Profesor Asistente, Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas, Facultad de Ciencias Universidad Austral de Chile.

3 Chile. Arquitecto Royal Melbourne Institute of Technology en Melbourne, Australia. Master en Arquitectura del Paisaje y Doctora en Arquitectura de la Universidad Politécnica de Cataluña, Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona.


Resumen

Las cualidades del paisaje tienen efectos poderosos en las personas, e influyen en cómo estas los utilizan para restaurar su estado emocional ante situaciones extremas. Esto toma relevancia en el contexto de ciudades chilenas expuestas a disturbios naturales que modifican el paisaje. El estudio de percepción del paisaje urbano de Valdivia, desarrollado bajo la disciplina de la percepción ambiental, reveló relaciones entre aspectos físicos y sociales que emergen durante la emergencia post-terremoto. La presencia, o ausencia del agua, la vegetación, el mobiliario urbano y las arquitecturas, determinaron distintas categorías de paisajes urbanos con diferentes usos, como el refugio y la evacuación, y distintas dimensiones, como la legibilidad y la contención, que influyen en cómo las personas habitan la ciudad en estado de emergencia. Estos resultados dieron origen a un modelo conceptual del paisaje urbano de emergencia para Valdivia, que revela el rol latente del espacio abierto de ciudades expuestas a grandes perturbaciones, y sugiere estrategias para complementar la planificación y el diseño urbano en ciudades propensas a desastre naturales.

PALABRAS CLAVE: PAISAJE URBANO, RESTAURACIÓN, DESASTRES NATURALES, PLANIFICACIÓN.


 

Introducción

La actual planificación ante el desastre en Chile, se ha enfocado principalmente en resolver la reconstrucción desde una mirada ingenieril. Esto, al realizar intervenciones de mitigación principalmente 4y con políticas e instrumentos de reconstrucción (ej.: PRES y Planes Maestros) enfocadas a la producción de viviendas en vez de la reconstrucción del territorio5. De esta manera se ha dejado de lado la aproximación interdisciplinar necesaria para la planificación de recuperación ante el desastre (o disaster recovery planning)6. Esta forma de planificar el territorio va más allá de la simple reconstrucción. Se refiere a la recuperación de asentamientos humanos de una manera integral, por medio de la identificación y evaluación de factores físicos, económicos, sociales y ambientales. En el contexto global, estos indicadores se han plasmado en distintos modelos de estudio. Por ejemplo, el Disaster Resilience Place Model (DROP)7 fue desarrollado para una escala nacional; un segundo modelo propone la evaluación de la adaptación ante el desastre a través del tiempo8; un tercer modelo propone un set de relaciones entre el sistema público y privado para asegurar la adaptación9; y por último, otro promueve un marco de evaluación general para cualquier tipo de amenaza10.

Sin embargo, estos modelos de estudio han sido escasamente aplicados y recientemente criticados por ser poco específicos, muy conceptuales, extremadamente cualitativos y poco acotados a la escala de la comunidad11. En particular se debate la aplicación de estos modelos en países en vías de desarrollo, por su falta de claridad frente a cómo sensibilizar los modelos a las problemáticas locales12 particularmente a aquellas en América Latina 13y por la falta de bases de datos de las envergaduras y especificidades que se requieren para aplicarlos14. Por lo tanto, su uso directo en países en vías de desarrollo sería cuestionable. Por lo mismo, es relevante explorar nuevos modelos de estudio que informen con mayor precisión, la planificación ante el desastre de una manera integral.

En este contexto, un componente importante de la ciudad que se expresa tanto como sistema físico, y como social, pero que ha sido menos considerado en la reconstrucción luego del desastre, es la red de espacios abiertos. Este sistema de parques, plazas y calles, entre otros, complementa a la reconstrucción de viviendas y a la vez, puede favorecer la recuperación de la comunidad luego de una catástrofe, con el potencial de conformar el paisaje urbano de emergencia, o “el lugar donde ocurre la restauración”15. En este caso, la restauración incluye una componente humana, y se describe como el “proceso de recuperación de recursos sicológicos, fisiológicos y/o sociales que se han visto disminuidos, para realizar las demandas del día a día”16. Luego de un gran terremoto, la red de espacios abiertos de la ciudad “se carga de un nuevo sentido: sus espacios y sus componentes son re-evaluados (por las personas) por su capacidad para apoyar la supervivencia”17. En consecuencia, el paisaje urbano de emergencia se conforma por una imagen socialmente construida en base a la percepción de una comunidad sobre los aspectos físicos que conforman el ambiente urbano.

Considerando el aporte de una mirada transdisciplinar al estudio del paisaje, comprendido como una realidad medial, donde convergen el territorio, el espacio y las percepciones18, estudios en la línea de la psicología ambiental contribuyen en cuanto revelan las relaciones que existen entre el medio físico y social. En este caso, son expertos los que estudian e integran las percepciones de la comunidad en categorizaciones del paisaje, que permiten, a la vez, abordar una realidad compleja como lo es una ciudad. García y sus colegas19 se refieren a esta complejidad en su caracterización de una ciudad inteligente, en la cual el paisaje urbano es adaptable y dinámico, y, a la vez, está cargado de símbolos que adquieren significado para una comunidad, ofreciendo oportunidades diversas y satisfaciendo necesidades, en distintos tiempos y escalas. Estudios desde la mirada de la sicología ambiental aportan en este contexto, ya que explican las razones por las que una comunidad le asigna usos al paisaje en función de sus necesidades y en base a las cualidades propias del espacio20. En el contexto post-desastre, estas necesidades surgen de las características de una sociedad y pueden variar desde la recreación, en una situación cotidiana, al refugio, la atención médica y el aprovisionamiento de agua en momentos de crisis21. Las cualidades están expresadas en los elementos que conforman el espacio como la vegetación, los cuerpos de agua, la topografía y el mobiliario urbano, entre otros22.

De esta manera, el paisaje urbano de emergencia con capacidad restauradora, está conformado por aspectos sociales y físicos, y por lo tanto, el conocer cómo interactúan post-desastre puede complementar actuales instrumentos de reconstrucción limitados a la producción de viviendas. Además, ésta aproximación de estudio puede contribuir a la planificación y diseño de comunidades resilientes23. Una comunidad resiliente es aquella capaz de adaptarse a los efectos catastróficos de una gran perturbación, como lo es un terremoto, sin perder los aspectos físicos y sociales que la caracterizan24. Durante el periodo de emergencia luego de una catástrofe, la ciudad sufre cambios inesperados, que no son siempre deseados por la comunidad. Este periodo de emergencia ha sido descrito como el periodo de reorganización25 del sistema social, por lo que también es un momento de aprendizaje de medidas de adaptación propias a una sociedad.

Se plantea como hipótesis de trabajo que durante el periodo de emergencia, la comunidad utiliza ciertos espacios abiertos, los cuales contienen las condiciones físicas adecuadas para caracterizar el paisaje urbano de emergencia con capacidad restauradora, asociados a una comunidad en particular. Estos son necesarios para informar la planificación de recuperación ante el desastre, y en consecuencia contribuir a la resiliencia. Se utiliza como estudio de caso el paisaje urbano de la ciudad de Valdivia, el cual se investiga desde la perspectiva de la sicología ambiental, en aras de contribuir a la lectura transdisciplinaria del paisaje. Los objetivos son: (1) identificar el sistema de espacios abiertos y las categorías de paisaje urbano útiles durante la emergencia; (2) relacionar las categorías con los usos asignados durante la emergencia y con cualidades físicas que tengan un potencial efecto restaurador en las personas; (3) y elaborar una metodología para caracterizar el paisaje urbano de emergencia luego de la catástrofe aplicable a otras ciudades, dando origen a un modelo conceptual del paisaje urbano de emergencia. En base a este modelo se discute en forma práctica cómo informar la planificación y diseño urbano de la ciudad de Valdivia, y en forma teórica cómo se integra esta aproximación a modelos de estudios transdisciplinarios del paisaje, más pertinentes a la realidad de ciudades expuestas a desastre naturales.

 

Restauración post-desastre y el paisaje de la emergencia

Luego del terremoto de 1995 en Kobe, la comunidad se reunió junto a los arroyos de donde obtuvieron agua, y a la vez, una visión clara de la montaña y el mar, los cuales constituyen elementos claves de la geografía cultural de Japón26. Este sistema de espacios abiertos, consiguió asegurar la provisión de vías de evacuación, de lugares de reunión, pernoctación y abastecimiento de agua, entre otros. Además, estos espacios lograron vincular a la comunidad con elementos del entorno que son parte del paisaje cotidiano, facilitando la restauración.

Aparte de este ejemplo, existe muy poca literatura que informa sobre las características del paisaje urbano de emergencia que contribuyen a la restauración post-desastre. La teoría de la resiliencia con base ecológica aporta por su aproximación sistémica27. Un sistema resiliente que contribuya a la restauración, es redundante en sus partes y flexible en sus usos; de esta manera, si una parte del sistema (ej.: una plaza) se ve afectada durante el desastre, otras pueden cumplir su rol, y así, ser capaz de hacer frente a imprevistos. También existen esfuerzos mediante experiencias con metodología de trabajo participativo28; sin embargo, los resultados se han enfocado en la elaboración de viviendas principalmente. Pero en relación a la forma y características físicas del sistema en el ámbito urbano, no existen referentes conocidos. “Las cualidades o composiciones del paisaje que puedan alentar a los gobiernos locales a tomar decisiones óptimas para la reconstrucción” aún se desconocen29. A continuación se describen características de ambientes restauradores en general, que permitirán discutir los resultados del caso de estudio abordado en este artículo.

La Teoría de Restauración de la Atención30 indica que los ambientes naturales, por sobre los construidos, pueden reducir la fatiga acumulada por las presiones diarias, o aquellas que suceden en momentos de crisis, como un terremoto. En el contexto urbano y para que la restauración suceda, se requiere de cualidades específicas del medio físico, el cual no siempre las posee. En efecto, una complejidad moderada, determinada según la cantidad de elementos que componen el paisaje, la buena profundidad visual, con vistas controladas y puntos focales definidos, y la predominancia de elementos naturales como vegetación y agua, han sido identificadas como cualidades del paisaje urbano restaurador31. Sin embargo, algunos escenarios con elementos naturales predominantes pueden no contribuir en la restauración, al ser percibidos como descuidados, abandonados y peligrosos32.

La restauración también varía según aspectos sociales. Los seres humanos no solo planifican y diseñan paisajes, sino también los miran y toman decisiones basadas en lo que ven, saben y sienten33. Por lo mismo, la percepción del paisaje y sus características restauradoras no son siempre las mismas para todas las comunidades. Particularmente, se han encontrado marcadas diferencias entre la percepción de mujeres y hombres sobre las cualidades del medio que provocan efectos restauradores34. En estos estudios existe una ligera tendencia de las mujeres a preferir escenarios naturales por sobre los construidos. Estos resultados coinciden con estudios de percepción que indican que el medio ambiente es vivido de manera diferente por hombres y mujeres35. Mientras que los hombres prefieren paisajes que ofrecen mayores retos, independiente de la condición natural o construida de los paisajes36, las mujeres prefieren paisajes naturales y son más influenciadas por la configuración espacial de los objetos que los conforman37, ya que se fijan en los detalles, como en vegetación baja tipo musgo38. Existen menos estudios específicos con respecto a los diferentes usos que hombres y mujeres asocian a ambientes restauradores, aunque se asevera que tampoco hay una forma universal de utilizar el espacio, ya que el uso es dependiente del contexto físico y social39.

 

Caso de estudio

Chile se encuentra en la zona de subducción entre la placa de Nazca y la Placa de América del Sur, lo cual genera que periódicamente sea afectada por terremotos de gran magnitud. El terremoto y posterior tsunami del 2010 destruyó localidades completas en la costa de Chile central, como Constitución, Dichato, Iloca y Duao, entre otras, además de generar grandes daños en ciudades del interior como Concepción y Talca. Las ciudades Chilenas se encuentran constantemente amenazadas por estos eventos catastróficos y la ciudad de Valdivia no ha sido la excepción: Valdivia ha sido afectada por los terremotos de 1575, 1737, 1837 y 1960.

Valdivia fue fundada en 1552 en base al damero español, rodeada por el Río Valdivia, navegable y de aguas limpias, y por lagunas con abundancia de pájaros, fauna y flora silvestre, lo cual le daba gran belleza a la ciudad40. Sin embargo, este paisaje urbano fue objeto de varios cambios en el tiempo, debido a constantes procesos de reconstrucción luego de desastre naturales, y de expansión urbana. Hacia 1885 las lagunas ya eran terrenos fiscales y pasaron a ser en su mayoría rellenadas para construir viviendas. Los devastadores efectos del incendio en 1909, provocaron la necesidad de reconstruir viviendas y en consecuencia, la extensión de la trama de las calles sobre la zona rural en forma irregular, bordeando cerros y humedales. Los cambios más dramáticos que ha sufrido el paisaje urbano de Valdivia ocurrieron luego del terremoto de 1960. Debido al colapso del suelo, se formaron nuevas áreas de humedales fuera de los límites de la ciudad, que, a causa de la expansión urbana a través de los años, se han incorporado como nuevos barrios. Estos cambios, han configurado un paisaje urbano fragmentado, compuesto de diversos espacios abiertos y con alta presencia de elementos naturales como vegetación y agua, de alta significación y valor para la comunidad41.

 

Metodología

La aproximación metodológica del estudio está en la línea con la disciplina de la psicología ambiental, en la cual se utilizan personas quienes discriminan y categorizan lugares, para identificar sus significados42. Estos significados (ej.: usos) no son inherentes al espacio urbano en sí, sino que son constructos sociales, que dependen de las necesidades de los ciudadanos basados en las experiencias personales, culturales e históricas43.

Específicamente, la metodología se basó en la Teoría de Construcción Personal de Kelly44, donde el significado ambiental se explica en “marcos conceptuales de constructos y categorías” que estructuran y explican la percepción de un individuo sobre un paisaje45. Se postula que los seres humanos interpretan su entorno con la ayuda de patrones que se crean y luego utilizan para dar sentido a la multitud de estímulos que se enfrentan todos los días. Kelly denomina ‘constructos’ a los patrones, y los concibe como bipolares, por ejemplo, bonito-feo, agradable-desagradable, ordenado-desordenado, complejo-simple, entre otros. Constructos denotativos, son los atributos objetivos de los paisajes, con presencia física (ej. con vegetación-sin vegetación). Los constructos connotativos, son las propiedades subjetivas atribuidas al paisaje (ej. útil-inútil). Cada constructo constituye una ‘dimensión del paisaje’ que influye en la percepción (ej. la vegetación, la utilidad y la complejidad). Y las dimensiones se organizan jerárquicamente, es decir, hay dimensiones del paisaje que tienen mayor influencia en las decisiones que se toman ante el medio que nos rodea. El marco conceptual de constructos y dimensiones, o estructura cognitiva, actúa como un código para clasificar el medio ambiente relacionando aspectos físicos y sociales, facilitando su clasificación y comprensión46. Ese mismo código puede dar cuenta, la manera en que una comunidad se relaciona con los aspectos físicos del paisaje durante la emergencia, y el grado en que tal interacción provoca restauración. En consecuencia, se revelarán aspectos del paisaje urbano importantes de considerar durante la reconstrucción del territorio.

 

Figura 1. Distribución de los espacios abiertos y fotografías usadas en el estudio que representan el paisaje urbano de la emergencia de Valdivia.

Fuente: Elaboración propia.

 

Estímulos

La selección de métodos se basó en estudios47 que validan el uso de las fotografías de paisajes como estímulos, por su conveniencia y efectividad en la evaluación visual del paisaje48. Mediante la técnica de bola de nieve se conformó la muestra de individuos que trabajan en las unidades de emergencia de organismos gubernamentales y no gubernamentales. Se les solicitó participar de una entrevista para identificar los lugares urbanos que ellos y la comunidad utilizan durante el periodo de emergencia post-terremoto, obteniendo un 98% de participación en las entrevistas (N=88). Los lugares identificados se fotografiaron siguiendo procedimientos para representar el punto de vista que las personas tendrían en el lugar49, obteniendo un total de 60 imágenes, las que fueron impresas en papel brillante (13 cm x 18 cm), numeradas al reverso y posteriormente utilizadas para la evaluación del paisaje con la comunidad.

 

Participantes

Las fotografías de paisajes urbanos se sometieron a evaluación por la comunidad no experta en emergencia. Se consideraron métodos no probabilísticos50 y de muestreo por conveniencia para identificar la muestra de la comunidad, enfocándose en personas mayores de 18 años. La Ilustre Municipalidad de Valdivia proporcionó una lista de las unidades vecinales urbanas de la ciudad con la cual se hizo un llamado general a participar. Dieciocho de 27 unidades vecinales accedieron, las cuales se distribuyen homogéneamente en el área de la comuna. La muestra incluyó un total de 152 personas y se caracterizó por un balance entre hombres y mujeres (H=41,2%; M=58,8%) lo cual es representativo proporcionalmente al Censo 2002 (H=48,5%; M=51,5%) (Tabla 1). Por un lado, los entrevistados representan el grupo socioeconómico medio y medio bajo (96,6%) y con bajo nivel educacional (60,8% tiene solo educación primaria, segundaria, un curso y/o diplomas), aspectos que caracterizan a comunidades altamente vulnerables a los escenarios de riesgo ante el desastre51. Por otro lado, existe una alta familiaridad de los participantes con el contexto de estudio, ya que en un 100% residen en la ciudad de Valdivia, visitan frecuentemente los espacios públicos de la ciudad (un 75,7% frecuenta estos lugares uno a más veces a la semana o por lo menos una vez al mes) y un 87,2% ha vivido un terremoto, lo cual podría sugerir una mayor capacidades de adaptación post-desastre al conocer el territorio en que se desenvuelven.

 

Tabla 1. Caracterización de los entrevistados durante el proceso de evaluación del paisaje urbano

Variable

Sub-Categoría

Porcentaje

Sexo

Hombre

41,2

Mujer

58,8

Grupo Etáreo

18-25 años

49,3

26-35 años

11,5

36-50 años

34,5

51-60 años

2,0

60+ años

2,7

Nivel Educacional

Primaria/Secundaria

49,3

Curos/Diploma

11,5

Grado Universitario

34,5

Post-grado

2,0

Otro

2,0

Frecuencia de Visita de Espacios Públicos Urbanos

Nunca

8,8

Una o más veces a la semana

44,6

Por lo menos una vez al mes

31,1

Pocas veces al año

15,5

Ha experimentado un terremoto

No

12,8

Si

87,2

Nivel Socio-económico

Alto (ABC1)

0

Medio Alto (C2)

0

Medio (C3)

60,1

Medio Bajo (D)

36,5

Bajo (E)

3,4

Fuente: Elaboración propia.

 

Toma de datos

La comunidad participó en sesiones de dos horas para identificar las características de los paisajes que contribuyen a la restauración post-desastre. En primera instancia, se evaluaron los componentes restauradores del paisaje, mediante la presentación de un power point con las 60 fotografías. Se utilizaron como factores de evaluación las características de ambientes restauradores ajustadas para ambientes urbanos52 utilizando la escala Likert 1-5. Estas son (1) ‘Estar alejado’ (EA) (2) ‘Fascinación’ (FA) (3) ‘Compatibilidad’ (COM) (4) y ‘Coherencia’ (COH). ‘Estar alejado’, se refiere a ambientes que otorgan espacio para distanciarse de la vida diaria y liberase de cierta actividad mental que requiere mayor concentración; ‘Fascinación’, se refiere a ambientes que mantienen nuestra atención sin mayor esfuerzo. La ‘Compatibilidad’ surge al poder satisfacer las necesidades de cada persona o comunidad en un lugar con características particulares. Por último, la Coherencia se refiere al orden percibido del paisaje lo cual permite comprender fácilmente su estructura. Se agregaron a la evaluación la ‘Naturalidad’ (NA), ‘Seguridad’ (SE) y ‘Preferencia’ (PR) como componentes control, con el fin de evaluar el instrumento y su relación con los factores restauradores. Para evaluar el nivel de fiabilidad de la escala de medida se realizó posteriormente el Test Cronbach’s Alfa, lo cual resultó en altos niveles de fiabilidad (>0,95) para todas las componentes. En segunda instancia se aplicó la Técnica de Sorteo Múltiple (MST). MST es una técnica fácil de realizar por todo tipo de personas y permite una flexible distribución de las fotografías53, lo cual nos facilitó identificar las categorías de paisajes consensuadas por la población en cuanto al uso que se le da durante la emergencia. Cada participante recibió el conjunto de 60 fotografías y las clasificó en cuanto a cómo se utilizarían los lugares representados por las fotografías para satisfacer necesidades que surgen tras un terremoto. Los participantes describieron con sus propias palabras el uso (ej. reunión, habitación temporal, cocinería, etc.) y las cualidades del lugar que permiten tal uso (ej. abierto, con vegetación, de suelo despejado, etc.), además de identificar una fotografía representativa de cada sub-grupo, lo cual facilitó posteriormente la caracterización visual de los paisajes urbanos de emergencia.

 

Análisis de datos

Los datos fueron codificados en distintas matrices para cada participante y luego se agregaron en matrices de similitud de fotografías, valoración y descriptores de paisajes (según usos y cualidades) que representan la percepción consensuada de los encuestados. Estas se sometieron a una serie de análisis multivariante que ofrecen diferentes formas de exploración y agrupación de datos que facilitan el proceso posterior de categorización e interpretación de los resultados54 (Análisis Jerárquico de Clusters (HCA)55; Análisis Multidimensional (MDS)56, Análisis Categórico de Componentes Principales (CATPCA)57. Esto se realizó para identificar categorías de paisaje, organizar tales categorías en dimensiones de paisaje, y para finalmente asociar categorías y dimensiones de paisaje con los usos y las cualidades de los paisajes descritos por los participantes, obteniendo los constructos sociales. Los resultados de los tres análisis se integraron en biplots (figura 2), o gráficos útiles para explorar las asociaciones entre distintas variables, en los cuales las categorías de paisaje pueden ser interpretadas de acuerdo a los constructos emergentes, identificando las dimensiones del paisaje subyacentes en forma jerárquica. Posteriormente estas dimensiones se correlacionaron con las componentes restauradoras del paisaje revelando su asociación.

 

Resultados

Resultados preliminares indicaron diferencias significativas (p<0,05) para la variable Sexo. El test ANOVA indicó diferencias en cuanto a cómo hombres y mujeres evaluaron los paisajes para FA (p=0.01), EA (p=0,01), COH (p=0,01), COM (p=0,02), NA (p=0,00), SE (p=0.02) y PR (p=0,01). Estos resultados confirman la diferencia entre grupos mencionada en la introducción58, por lo que los posteriores análisis de la estructura cognitiva del paisaje se realizaron diferenciando por Sexo.

 

Categorías de paisaje de emergencia y cualidades físicas

Los resultados del HCA generaron dos dendogramas, o diagramas de árbol, uno para los hombres y otro para las mujeres. Estos indican que la clasificación de paisajes para hombres y mujeres en cuanto a categorías es similar ya que los hombres clasificaron las fotografías en 8 categorías de paisaje y las mujeres en 9. Sin embargo, el contenido de tales categorías varía entre sexos. En el caso de las mujeres, es relevante la presencia de infraestructura, referida tanto al mobiliario urbano, como a otros tipos de elementos antrópicos, como edificaciones. La presencia de agua, ya sea en cursos, o cuerpos de agua vinculados a veredas y parques, es también un aspecto que determina los usos en caso de emergencia. En el caso de los hombres, el grado de apertura del paisaje, o que tan expuesto y cerrado es, junto con la presencia de elementos distintivos de la ciudad, como arquitecturas (ej. iglesia, glorieta) y elementos naturales reconocibles (ej. cerro) son las cualidades que más diferencian a las categorías de paisaje durante la emergencia. Tanto para hombres y mujeres, la cantidad de elementos dispuestos en el suelo (ej. cubresuelos, pastos y barandas), es también un aspecto que influye en cómo se utiliza un espacio abierto en tiempos de crisis. Esta categorización sugiere un set preliminar de atributos denotativos del paisaje que influencian mayormente en como las personan discriminan los lugares. La figura 3 muestra la imagen representativa de algunas categorías, las cuales se nombraron en base a sus respectivas dimensiones, descritas a continuación.


Dimensiones del paisaje y usos ante la emergencia

Cada categoría obtenida en el análisis HCA, se ubicó en las soluciones de cuatro dimensiones que arrojó el MDS. Los valores de Stress (0.05) asociados a las soluciones son buenos y de RSQ (0.98) son altos según Kruskal y Wish59, lo cual indica robustos resultados, expresados en la adecuada distribución de las categorías de paisaje y la cantidad de dimensiones generadas. Los resultados del CATPCA permitieron cuantificar la jerarquía de cada dimensión, expresada en la varianza, o el porcentaje de influencia que tiene cada dimensión en cómo las personas utilizan el espacio urbano durante la emergencia. La tabla de componentes que arroja este análisis (tabla 2), permite asociar usos y cualidades con categorías y dimensiones.

 

Tabla 2. Componentes significativos del análisis PCA distribuidos por dimensión y sexo.

Caso Hombres

USO

DIm1

Dim2

Dim3

Dim4

CUALIDAD

DIm1

Dim2

Dim3

Dim4

Acopio de materiala

,570

,566

-,078

-,045

Aspectos negativosa

,219

-,088

,450

-,272

Alberguea

-,309

,347

-,248

,597

Cerroa

-,229

,453

-,191

,426

Atención médicaa

-,827

-,010

-,067

-,099

Disparejoa

,324

,040

,420

-,217

Carpasa

-,642

,326

-,467

,036

Edificacionesa

-,615

-,132

,067

-,018

Comercioa

-,303

-,519

,158

-,202

Espaciosoa

-,878

,174

-,089

-,025

Escombrosa

,425

,412

,322

-,562

Habilitara

,364

,338

,327

-,559

Reunióna

-,459

-,436

,333

,259

Infraestructura habitacionala

-,642

-,116

,006

-,084

Sin usoa

,933

-,106

,083

,191

Infraestructura urbanaa

,511

-,454

-,505

,123

Mobiliario urbanoa

-,363

,264

-,007

,557

Parejoa

-,259

,384

-,534

-,137

Peligrosoa

,738

-,231

-,290

,208

Presencia de agua negativaa

,911

,095

-,023

-,098

Víaa

,163

-,599

-,040

,171

Caso Mujeres

USO

DIm1

Dim2

Dim3

Dim4

CUALIDAD

Dim1

Dim2

Dim3

Dim4

Abastecimiento de aguaa

-,373

-,416

-,136

,326

Accesiblea

-,113

,007

-,401

-,513

Bienes y serviciosa

,753

-,131

-,097

-,310

Disparejoa

-,353

-,407

,478

,079

Carpasa

,951

-,049

,054

,091

Edificacionesa

-,038

,701

-,125

-,172

Comercioa

-,243

,669

-,425

-,151

Habilitara

-,040

-,496

,106

-,337

Escombrosa

,040

-,527

,164

-,200

Infraestructura habitacionala

,275

,490

-,314

-,411

Recreación infantila

-,256

,759

-,014

-,015

Infraestructura urbanaa

-,062

,657

,271

-,429

Sin usoa

-,905

-,143

,161

-,131

Limpioa

-,307

-,175

-,002

,269

Transporte acuáticoa

-,094

-,097

-,421

,249

Mobiliario urbanoa

,351

,632

,085

,139

Transporte generala

-,144

-,220

-,442

,380

Parejoa

,909

-,068

,064

,118

Vía de evacuacióna

-,222

-,245

-,485

,132

Peligrosoa

-,843

-,040

,109

-,050

Viviendasa

,840

-,192

,164

,122

Plazasa

-,163

,560

-,442

,161

Presencia de agua negativaa

-,775

-,310

,063

,190

Presencia de vegetacióna

,391

-,394

,164

,254

Víaa

-,329

,220

-,464

,197

Nota: Se indican en gris claro y oscuro, los usos y cualidades respectivamente, significativamente asociadas a las dimensiones de percepción de cada caso (hombres y mujeres). Se consideró como significativo los valores más altos o en su defecto su ubicación espacial en los biplots en base a la interpretación visual. Los signos positivos y negativos indican su concordancia u oposición, lo cual revela los constructos denotativos y connotativos.
La solución que integra los resultados del HCA, MDS y CATPCA expresada en los biplots de la figura 2, indica que las categorías situadas en los lados extremos de los ejes fueron percibidas como opuestas por los participantes, revelando los constructos connotativos y denotativos (Ajustados según Craik60) que más influyen en su percepción. La solución final, o biplots, integra las categorías de paisaje, dimensiones y constructos diferenciadas para hombres y mujeres, los cuales fueron interpretados en conjunto por dos investigadores (tabla 2 y figura 2).
Fuente: Elaboración propia.

 

Cada biplot generado, reveló el conjunto de dimensiones y constructos que influencian la percepción del espacio abierto luego de un terremoto en Valdivia. El ejemplo de biplot ilustrado en la figura 2, corresponde a las dimensiones de paisajes 1 y 3 encontradas en el caso de los hombres. En el biplot, las fotografías representadas por un punto y un número, están agrupadas por categoría con una línea segmentada. Aquellas categorías ubicadas en los extremos de cada eje, representan los polos opuesto de los constructos (figura 2: C4 y C3 para la dimensión 1 y C1 y C5 para la dimensión 3). Las palabras descritas por los participantes se asocian a cada categoría según similitud estadística. Aquellas marcadas en gris claro se refieren a los usos más significativos de los paisajes y conforman los constructos connotativos (ej. ‘reunión’, ‘atención médica’, ‘carpas’ versus ‘sin uso’); aquellas marcadas en gris oscuro se refieren a las cualidades físicas más significativas y conforman los constructos denotativos (ej. ‘parejo’ versus ‘disparejo’). Estos constructos permiten identificar las dimensiones del paisaje. Por ejemplo, para los hombres la dimensión 1 se refiere a la ‘Apertura’ del paisaje, siendo los paisajes abiertos de mayor utilidad para la atención médica en caso de emergencia, los cuales varían según el constructo denotativo ‘cerrado’ / ‘espacioso’ vinculado al constructo connotativo ‘sin uso’ / ‘útil’ para la emergencia. Además, esta dimensión es la primera en jerarquía ya que presenta el mayor porcentaje de Varianza (23,23%).

 

Figura 2. Biplot obtenido durante el análisis de componentes principales (PCA) para el caso de las dimensiones 1 y 3 de los hombres.

Nota: Este biplot (Stress=0.05; RSQ=0.98) se muestra como un ejemplo de los cuatro biplots obtenidos en el estudio que fueron interpretados para obtener los resultados. Los puntos y números representan a las fotografías de paisaje utilizadas en las entrevistas. Los vectores representan las descripciones que los participantes dieron de las imágenes. Las descripciones destacadas en gris oscuro reflejan los constructos denotativos (cualidades) y los marcados en gris claro los connotativos (usos) de mayor peso estadístico según la tabla 2. A mayor cercanía de puntos y palabras mayor relación. Las categorías de paisajes encontradas en el Análisis Jerárquico de Clusters (HCA) están representadas por las línea curvas segmentadas. Aquellas que representan los extremos de las dimensiones 1 y 3, determinan las características de estas dimensiones del paisaje y están distinguidas con su foto más representativa.
Fuente: Elaboración propia / Fotografías del autor.

 

De esta manera, en base a los biplots, se interpretaron el resto de las dimensiones de paisaje. La dimensión 2 para los hombres (18,34% de Varianza) es la ‘Legibilidad’ del paisaje, expresada en elementos que facilitan la comprensión del lugar, para que este sea un lugar memorable. Se refiere a paisajes con elementos distintivos de la ciudad, como la torre de la catedral, los torreones y silos, principalmente de naturaleza construida, que influencian el grado de habitabilidad que permiten los paisajes. Los paisajes sin estos elementos se asocian al acopio de material, mientras que otros con presencia de ellos, sirven para restablecer el comercio en la emergencia. La dimensión 3 (16,51% de varianza) es la ‘Complejidad’, o la cantidad y distribución de elementos en el plano. En este caso, los paisajes con obstáculos naturales como pastos, herbáceas y cubresuelos, presentes principalmente en zonas de humedales de la periferia urbana, son útiles para el acopio de material solamente, mientras que paisajes de suelo despejado, ya sea de tierra o pasto, son útiles para instalar carpas. Por último, La dimensión 4 (14,08% de varianza) es la ‘Contención’, que representa que tan expuesto o rodeado de bosques está el lugar, siendo estos lugares útiles para instalar albergues, opuestos a paisajes expuestos, de utilidad para el acopio de material.

En el caso de las mujeres, la dimensión 1 es la ‘Complejidad del Suelo’, o la cantidad y distribución de elementos en el plano, sin embargo, a diferencia de los hombres, en este caso los lugares con obstáculos determinan si el paisaje tiene utilidad, o no para la emergencia. Sigue en jerarquía la dimensión 2 (21,25% de varianza), que se refiere a la ‘Legibilidad’ del paisaje, que a diferencia del caso de los hombres, se interpreta en base a la presencia, o ausencia de infraestructura urbana como asientos y juegos para niños, lo cual marca la diferencia entre paisajes útiles para el comercio y la recreación, de otros útiles para acumular escombros luego del terremoto. La dimensión 3 (15,24% de varianza) es la ‘Accesibilidad al Agua’, lo cual diferencia los paisajes transitables, de suelos despejados y cercanos a cuerpos de agua, de otros sin accesibilidad al agua, preferentemente utilizados para colocar escombros. Por último la dimensión 4 (12,87% de varianza) es la ‘Presencia de agua’. Paisajes con cursos de aguas superficiales de poca dimensión, tipo acequia, fueron percibidos como útiles para proveer de servicios básicos ante la emergencia como el abastecimiento de agua. Mientras que su paisaje opuesto, sin agua y mayormente pavimentado, es útil para los servicios complementarios como la provisión de bienes.

Al identificar las dimensiones fue posible describir en detalle y nombrar cada categoría de paisaje identificada previamente con el HCA, en cuanto a sus usos (tabla 3).

 

Tabla 3. Categorías de paisajes descritas según sus atributos denotativos y utilidad ante la emergencia.

Caso Hombres

Categoría

Atributos denotativos

Uso

C1

P. Expuesto y Complejo con obstáculos

Paisajes de humedales, con abundantes gramíneas en el primer plano

Acopio de material

C2

P. Cerrado y Complejo con obstáculos

Paisajes de lugares pequeños, sin visibilidad, con predominancia e material vegetal y cursos de agua, pastos en mal estado y herbáceas en el suelo

Sin datos

C3

P. Cerrado

Paisajes con elementos naturales y/o artificiales descritos como peligrosos, con abundante infraestructura urbana y presencia de agua negativa

Sin uso

C4

P. Espacioso

Paisaje de suelos desnudos de elementos, con predominancia de pastos cortos, y descritos como espaciosos

Atención médica

C5

P. Simple sin obstáculos

Paisajes con amplias zonas despejadas en primer plano cubiertas de pasto o tierra

Carpas

C6

P. Icónico

Paisajes distintivos de la ciudad ya sea por su entorno natural y/o arquitecturas, con equipamiento urbano

Comercio

C7

P. Común y Simple sin obstáculos

Paisaje con suelo despejado con predominancia de elementos naturales

Sin datos

C8

P. Contenido

Paisajes con zonas libres de elementos en primer plano, con mobiliario urbano y con un respaldo vegetal en segundo plano. Se describieron como con mobiliario urbano

Albergue

Caso Mujeres

Categoría

Attributes denotativos

Uso

C1

P. Sin infraestructura, complejo e inaccesible

Paisajes periféricos sin intervención ni diseño aparente con abundante presencia de pastos, gramíneas y herbáceas en el suelo. También referidos como para habilitar

Escombros

C2

P. Con presencia de agua y Complejo

Paisajes con predominancia de pastos, gramíneas, herbáceas y agua en el suelo. Se describieron con presencia de agua en forma negativa

Abastecimiento de agua

C3

P. de mediana Complejidad y legibilidad con infraestructura

Paisajes distintivos de la ciudad ya sea por su entorno natural y/o arquitecturas, con equipamiento urbano, pero sin acceso por ser parte de condominios o recintos privados

Sin datos

C4

P. Complejo

Paisaje con elementos en el suelo como asientos, topes y barandas y/o con suelos en desniveles. Fueron descritos como peligrosos

Sin uso

C5

P. Accesible y de Mediana Complejidad

Paisajes periféricos a cursos de agua, con una calle/costanera de paseo lateral. Se describieron como plazas, accesibles y vías

Transporte general; transporte acuático; vía de evacuación

C6

P. Legible con infraestructura urbana

Paisajes distintivos de la ciudad ya sea por su entorno natural y/o arquitecturas, con equipamiento urbano

Comercio; recreación infantil

C7

P. Simple sin Infraestructura

Paisaje con suelo amplio y despejado con predominancia de material vegetal

Sin datos

C8

P. Simple con Infraestructura

Paisaje con suelo amplio y despejado con balance entre material vegetal y equipamiento urbano como bancos y mesas

Carpas; viviendas

C9

P. Sin agua y Simple

Paisajes sin obstrucciones físicas en el suelo, descritos con infraestructura habitacional

Bienes y Servicios

Nota: Los usos asociados a cada categoría de paisaje son los que presentan una mayor asociación a las dimensiones de paisajes representadas por estas categorías, según la tabla 2 que arroja el PCA. ’Sin datos’ indica que los resultados no arrojaron resultados significativos.

 

Figura 3. Imágenes representativas de las Categorías de Paisajes descritas como útiles durante la emergencia, para hombre (H) y mujeres (M)

C1 (H): Hualve Av. Francia

C5 (H): Cancha Donald Canter

C6 (H) y C4 (M): Plaza de la República

C8 (H y M): Parque Saval

C1 (M): Cerros de Collico

C2 (M): Estero Leña Seca

C5 (M): Helipuerto Sector Costanera

C6 (M): Parque Inés de Suarez

Fuente: autor.

 

Restauración y dimensiones del paisaje

Solo algunas de las dimensiones descritas se relacionan con las componentes restauradoras del paisaje. En un proceso previo, y debido a la alta correlación interna encontrada entre las componentes de restauración FA, EA y COM (r<0,01), y según las recomendaciones de Korpela y Hartig61, se generó una subescala denominada SE, que representa estas tres componentes. En el caso de las mujeres, solo la dimensión ‘Presencia de Agua’ se correlaciona en forma positiva con todas dejar componentes (SE, r=0.629; COH, r=0.566; NA, r=0.545; SE, r=0.558; PR, r=0.606). Esto significa que paisajes con agua encauzada y en bajas cantidades (tabla 3 (Mujeres), C2), tienen cualidades restauradoras, se perciben como naturales y seguros, y, a la vez, son útiles para el abastecimiento de la población durante la emergencia. En el caso de los hombres, la dimensión ‘Legibilidad’ se correlaciona negativamente con ‘Coherencia’ (r=-0.439), lo cual sugiere que paisajes icónicos (tabla 3 (Hombres), C6), con elementos construidos y distintivos de la ciudad, contribuyen a la capacidad de restauración emocional luego del desastre. Por otro lado, la dimensión ‘Contención’ se correlaciona con todas las componentes en forma positiva (EG, r=0.629; COH, r=0.566; NA, r=0.545; SE, r=0.558; PR, r=0.606), lo cual sugiere que lugares respaldados por bosques (tabla 3 (Hombres), C8), además de ser útiles como albergues, tienen un potencial restaurador y son percibidos como naturales y seguros.

El resumen de las dimensiones, constructos y usos, y sus respectivas correlaciones con componentes restauradoras del paisaje, se muestran en forma integrada en la tabla 4. Esta revela un Marco Conceptual del Paisaje Urbano de Emergencia de la ciudad de Valdivia, representativo de la percepción de la muestra entrevistada. Esto se respalda debido a los sólidos resultados de Stress y RSQ reportados, más los altos totales de las varianzas por solución, de 72,16% para los hombres y de 70,65% para las mujeres.

 

Discusión

En este estudio, las funciones del paisaje urbano de emergencia, expresadas en la utilidad que sugieren las características de los espacios abiertos en el periodo de emergencia post-terremoto, y su capacidad de restauración, expresada en el potencial efecto restaurador en tiempos de crisis, permitieron comprender los vínculos entre los aspectos físicos de los lugares y necesidades luego del desastre, utilizando como caso de estudio la ciudad de Valdivia. A modo de síntesis, y en base a la tabla 4, los resultados indican que el paisaje urbano de emergencia en Valdivia, con capacidad de dar restauración, se constituye tanto por elementos naturales como antrópicos, conformando estructuras de paisajes donde la presencia de agua, la contención y legibilidad, facilitan la recuperación de recursos sociales perdidos tras la emergencia, como el abastecimiento de agua, los bienes y servicios, el albergue y el comercio, y que a la vez, otorgan seguridad. Hay que anexar a este conjunto, otros paisajes urbanos de emergencia encontrados durante la investigación, que aunque no tienen la impronta restauradora, son útiles para satisfacer necesidades básicas tras la catástrofe. Son paisajes con distintos grados de complejidad, y otros que dan acceso al agua y que tienen apertura espacial, características que facilitan la instalación de carpas y viviendas, el trasporte acuático como vía de evacuación y la instalación de equipamiento médico, respectivamente. De estas asociaciones se desprende material relevante que contribuye a comprender aspectos del paisaje urbano útiles para el diseño y planificación de Valdivia en particular, durante una eventual reconstrucción, y para la complementación de modelos de planificación de recuperación post-desastre en general, en aras de una aproximación transdisciplinaria a la resiliencia urbana.

 

Tabla 4. Modelo conceptual del paisaje urbano de emergencia diferenciado por sexo

Dimensiones de Paisaje

Constructos denotativos

Constructos connotativos

Categorías de paisaje

Uso

Mujeres

Dim 1

(21,29%)

Complejidad

Suelo despejado / Con obstáculos

Util/Sin uso

P. Simple con Infraestructura (C8)

Carpas; viviendas

P. Complejo (C4)

Sin uso

Dim 2

(21,25%)

Legibilidad

(NA, r=-0.418)

Con infraestructura/ Sin infraestructura

Habitable/ Inhabitable

P. Legible con infraestructura urbana (C6)

Comercio; recreación infantil

P. Sin equipamiento, complejo e inaccesible (C1)

Escombros

Dim 3

(15,24%)

Accesibilidad al agua

Inaccesible al agua/ Accesible al agua

Intransitable/ Transitable

P. Sin equipamiento, complejo e inaccesible (C1)

Escombros

P. Accesible y de Mediana Complejidad (C5)

Transporte general; transporte acuático; vía de evacuación

Dim 4

(12,87%)

Presencia de agua*

(EG, r=0.629; COH, r=0.566; NA, r=0.545; SE, r=0.558; PR, r=0.606)

Presencia de agua/ Ausencia de agua

Servicios básicos / complementarios

P. Con presencia de agua y Complejo (C2)

Abastecimiento de agua

P. Sin agua y Simple (C9)

Bienes y Servicios

Hombres

Dim 1

(23,23%)

Apertura

Cerrado/ Espacioso

Sin uso/ Útil

P. Cerrado (C3)

Sin uso

P. Espacioso (C4)

Atención médica

Dim 2

(18,34%)

Legibilidad*

(COH, r=-0.439).

Común/ Icónico

Inhabitable/ Habitable

P. Expuesto y Complejo con obstáculos (C1)

Acopio de material

P. Icónico (C6)

Comercio

Dim 3

(16,51%)

Complejidad

Suelo con obstáculos/ Suelo sin obstáculos

Inhabitable/ Habitable

P. Expuesto y Complejo con obstáculos (C1)

Acopio de material

P. Simple sin obstáculos (C5)

Carpas

Dim 4

(14,08%)

Contención*

(EG, r=0.629; COH, r=0.566; NA, r=0.545; SE, r=0.558; PR, r=0.606)

Contenido/ Expuesto

Habitable/ Inhabitable

P. Contenido (C8)

Albergue

P. Expuesto y Complejo con obstáculos (C1)

Acopio de material

Nota: Estructura cognitiva de los espacios abiertos para cada escenario, explicada de izquierda a derecha con; dimensiones de paisajes, constructos denotativos y connotativos, categorías de paisajes asociadas y usos. Las varianzas de cada dimensión se indican en porcentaje. Las dimensiones correlacionada con las componentes de restauración se indican con un asterisco (*).
Fuente: Elaboración propia

 

Consideraciones para la restauración de Valdivia post-desastre

La importancia de internalizar la estética cotidiana del paisaje de Valdivia en su desarrollo urbano, social y cultural, ya ha sido previamente discutida62. Este estudio reveló que, además, el paisaje urbano de la ciudad tiene un valor latente, similar al encontrado en estudios internacionales63, que aparece en caso de emergencia, asignándole al paisaje cotidiano nuevos significados.

En primera instancia, es importante destacar las diferencias en percepción del paisaje atribuidos entre hombres y mujeres en tiempos de crisis en cuanto al uso de los espacios, lo cual es congruente con resultados de estudios de paisaje en general64. Se destaca el rol del agua en la percepción de las mujeres, lo cual diferencia los usos que se le atribuyen al paisaje, mientras que para los hombres la contención del paisaje es un aspecto que determina su función en la emergencia. En cuanto al rol del agua, en San Francisco65, luego del terremoto de 1906, estanques, fuentes, y reservorios de agua, fueron importantes al cortarse las redes que entregan tal vital elemento. Aunque no siempre servirá como agua potable, será de gran beneficio para otros usos cotidianos. En Valdivia, fueron destacados por la comunidad los cursos naturales de agua, encausados y de escasa dimensión, como positivos para la restauración. Estos elementos deben ser resguardados de intervenciones drásticas post-desastre que cambien radicalmente la estructura y el carácter del paisaje urbano, como ha sucedido previamente en otros contextos nacionales66.

También encontramos convergencias entre ambos sexos. Para ambos, la legibilidad del paisaje y su complejidad son determinantes en la utilidad de este. Legibilidad y complejidad son dimensiones del paisaje que usualmente permiten explicar las preferencias y significados de lugares urbanos en una situación cotidiana, del punto de vista estético y social67, no así su uso. En este estudio, ambas dimensiones fueron determinantes en el grado de habitabilidad que tienen los paisajes durante la emergencia (tabla 4); es decir, definen las características mínimas del paisaje urbano para que sea utilizado. Paisajes con mayor legibilidad y menor complejidad, son lugares de permanencia luego de la emergencia tanto para hombres como para mujeres de la ciudad de Valdivia. Es más, la legibilidad y la contención en el caso de los hombre y la presencia de agua en el caso de las mujeres, se vinculan a la restauración emocional68. Categorías de paisajes con estas características y con predominancia de elementos naturales, se correlacionaron positivamente también con ambientes naturales y seguros. Esto es congruente con la Teoría de Restauración de la Atención69 que indica que ambientes percibidos como naturales, tienen mayor potencial restaurador que los construidos. Hartig70 asevera que en una comunidad pueden existir distintos tipos de paisajes restauradores, con distintas cualidades, dependiendo del grupo humano al cual se entreviste, lo cual es apoyado por los resultados expuestos en esta investigación.

En particular, la dimensión de la legibilidad, que varía según la presencia de mobiliario urbano y arquitecturas distintivas, toma gran relevancia al ser un aspecto común a ambos sexos. Lynch71 ha destacado previamente la relevancia de la legibilidad en la ciudad, refiriéndose a ella como a la facilidad con la que un entorno, o una forma urbana pueden ser reconocidos y organizados en unidades coherentes y recordadas. Los resultados de esta investigación sugieren que además, la legibilidad urbana cumple la misma función durante la emergencia post-terremoto en Valdivia, donde elementos distintivos, que se pueden catalogar como hitos, o puntos de referencia, generan una imagen de ciudad común a un grupo colectivo, que les permite adaptarse física y socialmente, y sobrellevar la crisis. Estudios previos en el contexto de una emergencia, también han revelado que los mejores espacios de congregación de habitantes, son aquellos asociados a los elementos distintivos de la ciudad (ej.: las montañas y el mar72); en efecto, en nuestro estudio encontramos que lugares asociados a la catedral, los silos y copas de agua, se mantienen en la memoria colectiva y son de utilidad luego de un terremoto. Por lo tanto, es importante considerar durante una eventual reconstrucción, que los espacios abiertos para la congregación de habitantes en estos casos, serán siempre más fácilmente evocados por la alarmada población.

Este es un punto relevante en cuanto al diseño de los espacios urbanos para lograr la restauración, ya que estos deberán tener una estructura fácilmente legible y memorable. De mucha utilidad entonces, serán los lugares familiares, donde los habitantes puedan realizar algunos de sus actos cotidianos, apoyados por soluciones espaciales correctas y atentas a situaciones adversas. Específicamente, se puede incentivar la legibilidad en el diseño urbano en lugares de mayor uso por la población luego de un terremoto, como ciertos parques y plazas, asegurando de esta manera la accesibilidad a estos lugares por la mayoría.

En general, las reflexiones sobre los resultados de nuestro estudio, apoyan premisas que indican que no existe una estructura de percepción universal respecto a cómo se utilizan los lugares73; sin embargo, existen patrones que son comunes, o códigos culturales74 que probablemente emergen en tiempos de crisis, cuando el instinto de supervivencia prevalece75. Los códigos culturales tiñen las respuestas y la asociación que los usuarios hacen de los espacios76. Por ejemplo, a diferencia de un habitante en Valdivia, para un chileno nortino, la presencia de bosque, seguramente significa un paisaje demasiado complejo para considerarlo seguro. Por esta razón, no debiera existir una intervención generalizada del territorio post-desastre, lo cual debe ser considerado por planificadores y encargados del diseño urbano durante la reconstrucción. En este sentido, la imagen que los habitantes tienen de los espacios urbanos paradigmáticos de su zona climática, o cultural, lo que entienden por plaza, paseo, parque, espacio seguro, legible, o cerrado, deberá contemplar un ajuste en las mediciones basadas en las respuestas locales.

Para una ciudad intermedia como Valdivia, con un paisaje urbano que ha sido altamente modificado por perturbaciones naturales y antrópicas a través de su historia, y que actualmente se encuentra en un proceso rápido de expansión, densificación, y sin plan de emergencia, estas consideraciones son relevantes, si se quiere lograr una ciudad capaz de cuidar sus espacios abiertos, y adaptarse ante cambios extremos, sin sacrificar aspectos físicos de su paisaje urbano que tienen significancia social.

 

Hacia una planificación transdisciplinaria de restauración ante el desastre

La diversidad de paisajes encontrados en este estudio, con capacidad de satisfacer necesidades básicas y sociales durante la emergencia post-desastre, que varían entre hombres y mujeres, y que son manipulables en intervenciones urbanas, revelan material con potencial para planificar y diseñar una ‘ciudad inteligente’, a modo de la descripción de García y sus colegas78, discutida en la introducción. Específicamente, se encontraron 17 categorías de paisajes urbanos, lo cual sugiere planificar un sistema diverso de espacios abiertos, con distintas tipologías, con el fin de incorporar en la planificación urbana la dimensión social. La valoración, resguardo y creación de lugares en base a las características encontradas en este estudio, permitirán aunar funciones urbanas con significados, contribuyendo a la planificación de la ‘ciudad inteligente’ de Valdivia con una mirada compleja. El asegurar esta diversidad de paisajes en los distintos barrios de una ciudad, también contribuye a la redundancia del paisaje de emergencia, en cuanto a la repetición de sus partes y usos, aspecto clave de la resiliencia urbana79. La redundancia en el espacio urbano genera un sistema a “prueba de fallas”, robusto pero flexible. Si un espacio abierto de relevancia social colapsa luego de la catástrofe, o si la accesibilidad a ese lugar se ve obstruida, otro en mejores condiciones puede tomar su rol. La disponibilidad de múltiples paisajes, con múltiples funciones, que permiten retomar necesidades cotidianas luego del desastre, también le otorga variabilidad y modularidad al sistema, aspectos que contribuyen a la resiliencia urbana80, aumentando la capacidad de adaptación de la ciudad, y en consecuencia de la comunidad.

Todos los profesionales implicados en la planificación y diseño de ciudades expuestas a perturbaciones naturales, deben procurar una planificación de recuperación post-desastre; esto, aunque tan incuestionable, no se ha aplicado en Chile en forma apropiada81. Con el fin de integrar nuestros resultados y aproximación de estudio en un marco transdisciplinar y poder descender con el contenido teórico, al nivel de su aplicación, se propone la incorporación de este tipo de estudios en un proceso de análisis y reconstrucción de ambientes afectados por perturbaciones naturales (tabla 5). No solamente hay que tener las normativas adecuadas en los Planes Reguladores e Instrumentos de Reconstrucción, sino que es necesario tener un conjunto de políticas primero y pautas después, para asegurar la resiliencia urbana post-desastre. Los beneficios de la aproximación transdisciplinar al estudio del paisaje en ambientes propensos a desastres naturales, fueron destacados en la introducción en base a los trabajos geógrafos españoles82. En particular Ojeda83, propone un método de lectura del paisaje en base a la interacción de distintas disciplinas, que dan las claves territoriales, espaciales y perceptuales para una adecuada intervención. En la misma línea, la tabla 5 sugiere una serie de ‘pautas para el estudio, planificación y diseño transdisciplinar’ del paisaje de emergencia, asociadas a distintas escalas de intervención y a profesionales idóneos para su ejecución.

 

Tabla 5. Pautas para el estudio, planificación y diseño transdisciplinar del paisaje urbano de emergencia.

Pautas

Ámbito/Escala de Acción

Encargados

1. Evaluar tipo y escala de impacto físico de los disturbios naturales

Territorial

Geólogos, Geógrafos…

2. Reconocer las implicancias a nivel socio-cultural y ambiental

Territorial, sociocultural, ecológica

Geógrafos, Ecólogos, Biólogos, Antropólogos, Sociólogos, Arquitectos y Arquitectos del Paisaje…

3. Identificar problemáticas y potencialidades urbanas del caso de estudio (ej. Ciudad)

Urbana, sociocultural y espacial

Geógrafos, Urbanistas, Arquitectos, Arquitectos del Paisaje…

4. Identificar y caracterizar los lugares útiles para la emergencia post-desastre

Urbana y espacial

Geógrafos, Arquitectos del Paisaje, Sociólogos Sicólogos ambientales, Habitantes…

5. Caracterizar los paisajes urbanos restauradores post-desastre

Urbana, local y espacial

Arquitectos del Paisaje, Sicólogos ambientales, Habitantes…

6. Implementación de cambios a escala urbana y local

Urbana, local y espacial

Planificadores, Urbanistas, Arquitectos y Arquitectos del Paisaje…

Nota: Elaboración propia, en base a la figura 1 en Ojeda77.

 

En cuanto a cuáles deben ser las aquí mencionadas pautas de estudio, planificación y diseño del paisaje, ello dependerá, en primera instancia, de las recomendaciones específicas de los geógrafos y geólogos (pauta 1), quienes conocen e informarán sobre el tipo y escala de los potenciales problemas. El siguiente paso les corresponde a los profesionales relacionados con el estudio físico, ecológico, urbano y social de paisaje en el contexto del problema identificado previamente (pautas 2 y 3). En paralelo, toma relevancia el trabajo acotado a la escala urbana y espacial de profesionales preocupados del ámbito socio-cultural local (pautas 4 y 5). Finalmente, se integran los profesionales vinculados a la planificación y diseño urbano (pauta 6), pero siempre en el contexto de una aproximación interdisciplinar, para elaborar los instrumentos de reconstrucción complementados con las recomendaciones que surgen de los estudios anteriores.

En este conjunto de pautas, el estudio de percepción expuesto en este artículo, se integra en la pautas 4 y 5, y contribuye con una propuesta metodológica que incluye las necesidades físicas y sociales de la comunidad, y que puede ser replicable en otros asentamientos humanos, con las necesarias adaptaciones según las recomendaciones que surgen de las pautas que lo anteceden en la Tabla. Los resultados de estas pautas son de importancia en la planificación urbana, en el desarrollo de planes de emergencia y, particularmente, en la conformación de barrios, hecho urbano-social primordial en la vida y comportamientos sociales; en efecto, la situación post-desastre reúne a la gente debido a que estos acontecimientos afectan “democráticamente” a todos; será primordial para la gente perjudicada conocer a los vecinos, tener un plan vecinal previo, donde los resultados de un estudio como este hayan sido aplicados en forma preventiva, no solo paliativa.

En la planificación y los diseños urbanos deberán integrarse entonces equipos transdisciplinares, cuyos conocimientos no solo actúen desde su propia disciplina, sino con una mirada conjunta, donde la amalgama de los diferentes enfoques sea más que su simple suma. Puede ser que de esta manera, el ordenamiento territorial y urbano, la planificación y diseño del espacio público y la construcción de edificaciones, estarían congruentemente relacionados entre sí, siempre en base a un preciso diagnóstico del país, regiones y ciudades, no solo en términos económicos, sino también morfológicos y físico-sociales.

 

Conclusiones

En este estudio se abordó la planificación de restauración ante el desastre en forma compleja, al no solo considerar la disponibilidad del espacio físico para realizar actividades cotidianas disminuidas tras la catástrofe, sino que también la disponibilidad de paisaje urbano que sustenten grupos sociales en tiempos de crisis.

Este estudio reveló un set de categorías de paisajes urbanos que son interpretadas por una comunidad como útiles y/o restauradores durante la emergencia luego de un terremoto. Se discutió la relevancia de las relaciones entre los aspectos físicos de los espacios abiertos y sus funciones para la restauración post-desastre, y a la vez, su implicancia en el diseño urbano y en el marco de la planificación de restauración post-desastre. En el caso particular de Valdivia, la presencia de agua, de mobiliario urbano y ciertas arquitecturas memorables, son elementos claves del espacio abierto que determinan la función del paisaje urbano en caso de la emergencia, lo cual confirma la hipótesis planteada. Así como en este caso, estas características influyen en la capacidad de ajuste del sistema urbano de Valdivia, en otros casos, pueden ser otros los aspectos que contribuyen a la restauración urbana post-desastre. De esta manera, surge la importancia de realizar estudios similares en otros contextos urbanos, complementando la limitada aproximación nacional e internacional a esta problemática que hasta el momento, proponen modelos generalizados y poco sensibles a la realidad local, con énfasis en la mitigación y reconstrucción de edificaciones.

En este mismo sentido, es que se debe acometer el diseño propiamente tal de estos espacios abiertos urbanos, asegurando la participación ciudadana a través de actividades que permitan obtener sus percepciones, lo cual contribuye a predecir el comportamiento de los habitantes, pero en base a un sondeo y exploración cierta. Es así, como se harían recomendaciones más acertadas para el potencial escape y resguardo, en aras de eludir el peligro y asegurar la restauración de la comunidad. La incorporación de dichas respuestas a una criteriosa planificación y diseño urbano transdisciplinar, podría arrojar resultados más integrales, que contengan en su diseño los aspectos latentes de transformación en su uso. Esta capacidad de metamorfosis del paisaje urbano, permutando su uso habitual de esparcimiento, a congregación de habitantes con fines de establecer campamentos temporales y seguridad con facilidad de instalación, será un logro que puede llegar a restaurar comunidades y muchas vidas humanas.

 

Notas

1CONICYT-Proyecto Fondecyt N.11110297 “Caracterización del paisaje urbano resiliente: percepción del espacio público de Valdivia y Concepción en el contexto de un terremoto” (2011-2013).
4Herrmann, 2014.
5Rasse y Letelier, 2013.
6ISDR, 2005; Resilience Alliance, 2010; Vale y Campanella, 2005.
7Cutter, Barnes, Berry, Burton, Evans, Tate y Webb, 2008.
8Norris, Stevens, Pfefferbaum, Wyche y Pfefferbaum, 2008.
9Stewart, Liebert y Larkin, 2004.
10Tobin, 1999.
11Ainuddin y Routaray, 2012.
12Ibíd.
13Audefroy, 2003.
14Dunford y Li, 2011.
15Allan y Bryant, 2010. p.1.
16Hartig, 2007. p.164.
17Allan y Bryant, 2010. p.2.
18Ojeda, 2013
19García, Ojeda y Torres, 2008
20Scott y Canter, 1997.
21Ver, por ejemplo, Hayashi, 2010.
22Kaplan y Kaplan, 1989.
23ISDR, 2005.
24Ibíd.
25Resillience Alliance, 2010.
26Hayashi, 2010.
27Walker y Salt, 2006.
28Ver por ejemplo, Zapata, 2003.
29Allan y Bryant, 2010. p.2.
30Kaplan y Kaplan, 1989.
31Hartig, 2007.
32Van den Berg, Hartig y Staats, 2007.
33Nassauer, 1995.
34Martínez-Soto y Montero y López-Lena, 2010.
35Bernaldez, Abello y Gallardo, 1989; Lehmann, 2001.
36Bernaldez, Abello y Gallardo, 1989.
37Silverman y Eals, 1992.
38Lehmann, 2001.
39Scott y Canter, 1997.
40Guarda, 2009.
41Skewes, Rehbein y Mancilla, 2012.
42Ittelson, Proshansky, Rivlin, Leanne y Winkel, 1974.
43Greider y Garkovich, 1994.
44Kelly, 1991.
45Canter, 1996, p.81.
46Ittelson, Proshansky, Rivlin, Leanne y Winkel, 1974.
47Canter, 1996; Real, Arce y Sabucedo, 2000.
48Stamps, 1990.
49Real, Arce y Sabucedo, 2000.
50Krippendorff, 2004.
51Rubio, 2012.
52Korpela y Hartig, 1996.
53Ver por ejemplo, Scott y Canter, 1997.
54Real, Arce y Sabucedo, 2000.
55De Leeuw y Heiser, 1982.
56Kruskal y Wish, 1978.
57Cox y Cox, 2001.
58Martínez-Soto y Montero y López-Lena, 2010
59Kruskal y Wish, 1978.
60Craik, 1975
61Korpela y Hartig, 1996.
62Skewes, Rehbein y Mancilla, 2012.
63Allan y Bryant, 2010; Hayashi, 2010.
64Lehmann, 2001.
65Ver por ejemplo, Allan y Bryant, 2010.
66Ver por ejemplo, Rasse y Letelier, 2013.
67Kaplan y Kaplan, 1989; Lynch, 2000.
68Korpela y Hartig, 1996.
69Kaplan y Kaplan, 1989.
70Hartig, 2007.
71Lynch, 2000.
72Ver por ejemplo, Hayashi, 2010.
73Scott y Canter, 1997.
74Skewes, Rehbein y Mancilla, 2012.
75Kaplan y Kaplan, 1989.
76Kelly, 1991.
77Ibíd.
78García, Ojeda y Torres, 2008.
79Walker y Salt, 2006.
80Allan y Bryant, 2010.
81Herrmann, 2014; Rasse y Letelier, 2013.
82García, Ojeda y Torres, 2008; Ojeda, 2013.
83Ojeda, 2013.

 

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Fecha de recepción: 04.04.14
Fecha de aceptación: 20.01.15