doi 10.4067/S0718-83582010000200001

 

Editorial

 

Jorge Larenas S.

 

Queremos aprovechar el espacio de esta editorial para comunicarles a nuestros lectores algunos pasos significativos que hemos dado como Revista INVI. El primero de ellos es el ingreso al reconocido sistema de revistas científicas indexadas SciELO, el cual establece un conjunto de indicadores con altos estándares que plantean importantes desafíos para el Comité Editorial y el Equipo Editor pero que sin duda se traducirán en beneficios para nuestros lectores. Vinculado con lo anterior, queremos hacer de la revista un espacio que concite el debate sobre temas de contingencia y en esa perspectiva, en ocasión del lanzamiento del N°68 realizamos el Foro "Reconstrucción: Una oportunidad país. ¿Cómo abordar el desafío?". Asimismo, cerramos este breve preámbulo de la editorial, señalando que hemos concluido un importante esfuerzo de poner en línea el conjunto de la producción editorial, el cual puede ser consultado en el sitio http://revistainvi.uchile.cl.

Tras ello nos corresponde introducir el contenido de esta Revista N°69 que trata exploratoriamente sobre los modos de construcción del hábitat que están presentes en las ciudades contemporáneas, fenómeno que requiere una sucinta panorámica histórica de los procesos que han marcado el surgimiento de las ciudades en que hoy habitamos.

Para el caso de América Latina, lo que reconocemos como ciudad contemporánea es una creación relativamente reciente que se sitúa temporalmente tras el primer cuarto del siglo XX y que tiende a consolidarse en la posguerra. Adicionalmente, en sus orígenes la ciudad contemporánea latinoamericana como expresión urbana particular, está asociada a la conjunción de múltiples condiciones de orden económico y político –lo que se expresa en la instalación de un nuevo orden internacional– que instala mecanismos institucionales para la irradiación de modelos de desarrollo que combinan la instauración de sistemas políticos basados en democracias representativas. Consolidación del Estado como promotor del desarrollo y éste último basado en estrategias de industrialización; en otras palabras el despliegue de la ciudad contemporánea en la región es convergente con los procesos de modernización nacional que se instauran en buena parte del planeta.

La ampliación de la influencia del Estado hacia los distintos ámbitos de la vida y la consecuente ampliación de derechos políticos y sociales constituyó una base sustantiva para la incorporación de nuevos agentes urbanos que aportan progresivamente mayor diversidad en la construcción de lo público, a la vez que tensionan los modos convencionales de hacer ciudad que habían prevalecido desde el siglo XIX. Asimismo, la administración de las tensiones sociales y políticas se articula en torno a la figura del Estado, el cual con diversos grados de consolidación busca instalar en la construcción de ciudad un urbanismo que emana de las corrientes racionalistas propias de un modelo de desarrollo industrial-fordista. De forma paralela también van surgiendo otras formas de hacer ciudad menos institucionales y más solidarias y creativas, las que se construyen desde los emergentes movimientos sociales urbanos.

Este proceso va adquiriendo progresivamente tintes de polarización social y política que el sistema institucional no logra contener y la ciudad se convierte en el escenario de conflictos entre proyectos de sociedad y modelos de desarrollo antagónicos que, a su vez, son el reflejo de la sobre-ideologización que invade al planeta en el contexto de la guerra fría. Es por todos nosotros conocido el desenlace que tuvo en la región el esfuerzo de modernización nacional y las consecuentes transformaciones de los sistemas políticos, los modelos de desarrollo y las mutaciones societales que se han evidenciado en los distintos países latinoamericanos.

De esa manera, de ciudades que combinaban una consistente planificación estatal con múltiples manifestaciones denominadas "informales" y que hacían de ellas efectivos campos en disputa donde el espacio urbano estaba en permanente negociación, se transitó hacia ciudades construidas casi exclusivamente por agentes del mercado y con escasa regulación por parte de un nuevo Estado menos protagonista en los derroteros del desarrollo de nuestras sociedades.

Tal transición marcaría el despliegue de una segunda fase en las ciudades contemporáneas latinoamericanas, asociadas al proceso de neo-modernización que se consolida en los años ochenta con la llegada al poder de manera simultánea, de los conservadores a las dos principales potencias de occidente (Estados Unidos y el Reino Unido) y que dan un golpe de timón a la institucionalidad política y económica internacional.

En tal sentido, nuestra región no escapa a la avanzada del modelo neoliberal como la ruta que deben asumir las sociedades para consolidarse en el nuevo orden global: adaptar los espacios nacionales a los requerimientos de una economía globalizada y con orientaciones fuertemente terciarias. Por ello, con ajuste estructural de por medio, los Estados deben remitirse a desarrollar destrezas para leer adecuadamente las tendencias de los mercados y tomar decisiones correctas en el marco de la competitividad regional y global. Al respecto, también es sabido que estamos frente a un fenómeno que se extiende a nivel planetario y cuyas consecuencias afectan también a los países del primer mundo.

En este nuevo contexto que se muestra complejo e incierto, las formas de construir ciudad y las formas de habitarla se han venido transformando de manera radical y crecientemente las poblaciones tienden a vivir en zonas urbanas y periurbanas que no tienen mucho que ver con la ciudad industrial que se implantaba desde los años cuarenta hasta los años setenta. Al respecto, François Ascher1 nos señalaba hace ya tres lustros que la mayor parte de la población urbana ya no vive en aglomeraciones densas y continuas, sino en "metápolis", es decir, en territorios urbanos extensos, discontinuos, heterogéneos y multipolarizados.

Estas nuevas formas urbanas se acompañan de nuevas problemáticas que son comunes a no importa qué ciudad2: desindustrialización, suburbanización, pobreza urbana, gentrificación, conflictos étnicos, por nombrar algunos. Por otra parte, hoy en día los grandes problemas de la ciudad no están en la vivienda o en cuestiones de "lugar", sino en cuestiones de "flujo", de desplazamiento, de conectividad; la ciudad de hoy refiere esencialmente a cuestiones de movilidad. En estas nuevas formas urbanas y en las nuevas prácticas de sus habitantes la proximidad tiende a desaparecer y la mixtura es reemplazada por la segregación. En consecuencia, no sólo la realidad urbana ha cambiado profundamente sino también la planificación urbana racionalista ha dado espacio a modos de gestión más complejos, más flexibles y más reflexivos.

Revista INVI en su edición Nº69 incluye trabajos que se insertan en la observaciones de las transformaciones que están viviendo las ciudades al finalizar la primera década del siglo XXI y que en el enfoque particular de la revista hemos denominado "Construcción del Hábitat en la Ciudad Contemporánea". En la medida que se trata de procesos en curso, los trabajos son de carácter eminentemente exploratorio que arriesgan interesantes hipótesis a las cuales será necesario darles seguimiento a la luz de la observación de los acontecimientos.

Así tenemos, en primer lugar, el artículo de Eduardo Sousa González titulado "De la ciudad a la metrópoli. Una interpretación teórica del fenómeno expansivo ligado a la vivienda, a la vulnerabilidad y a la pobreza: el caso del área metropolitana de Monterrey, Nuevo León, México", que aborda precisamente las transformaciones que se verifican en la ciudad de Monterrey y las fuertes desigualdades sociales que la acompañan, pero enfatizando en una serie de interrogantes de orden conceptual.

En segundo lugar encontramos el trabajo "Procesos de desarrollo urbano-regional y exclusión territorial: nuevas formas de urbanización en el área metropolitana de Valparaíso, estudio de caso ciudad de Curauma" preparado por Pablo Mansilla Quiñones y Manuel Fuenzalida Díaz. Acá los autores ponen en evidencia un nítido ejemplo de los procesos de urbanización fragmentados que van acompañados de procesos de exclusión territorial y que muestran la preeminencia de agentes privados y el retroceso del Estado en la planificación urbana.

A continuación, el trabajo de Raquel Rodríguez Alonso "La política de vivienda en España en el contexto europeo. Deudas y retos" plantea una lectura de la política pública desarrollada desde la segunda mitad del siglo XX tanto en España como en el norte de Europa, analiza los principales problemas que enfrentan las políticas de vivienda en España e identifica algunas buenas prácticas que iluminan la resolución de sus nudos críticos.

Por último, Miguel Ángel Barreto en su opinión: El concepto de "hábitat digno" como meta de una política integral de áreas urbanas deficitarias críticas para la integración social desde los derechos humanos, plantea una visión crítica respecto a las políticas con enfoque sectorial particularmente cuando ellas deben hacer frente a fenómenos complejos como lo son los asentamientos precarios y en respuesta ofrece una reflexión en torno al concepto de hábitat digno como base de políticas de mayor integralidad.

Entendemos que este número plantea más interrogantes que respuestas pero en ese mismo afán, constituye un valioso material para alimentar el debate sobre las transformaciones y tendencias que están en pleno desarrollo en las ciudades contemporáneas.

 

Notas

1 ASCHER, François, 1995, Metapolis ou l'avenir des villes. Odile Jacob, Paris.
2 KAZEPOV,Yuri, 2004, Cities of Europe. Changing Contexts, Local Arrangements and the Challenge to Urban Cohesion. Blackwell, Oxford.