Revista invi Nº 64, November 2008, Volumen 23:
169 a 189
PREVENCION DE LA VIOLENCIA Y EL DELITO MEDIANTE EL DISEÑO AMBIENTAL EN LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE:
Estrategias Urbanas de Cohesión Social e Integración Ciudadana
Macarena Rau Vargas Directora ICA LAC (1)
Paulina Castillo Fajardo Directora Corporación CPTED Región (2)
1 Arquitecta. Directora International CPTED Association (ICA),
Región de Latinoamérica y El Caribe (LAC). Correo
Electrónico: mrau@cpted.cl
2 Arquitecta. Directora Corporación CPTED Región
Resumen:
El presente texto describe estrategias de Prevención de
Violencia y Delito por medio del diseño ambiental destacables en
Latinoamérica y el Caribe desde el año 2000.
En un primer acápite se describe lo que es la Prevención
Situacional y la metodología CPTED desde sus líneas
teóricas y urbanas. En una segunda parte se describe como se han
aplicado en diversos países de Latino y Centroamérica
estrategias integrales de Prevención de Violencia y Delito que
incorporan estas miradas espaciales poniendo énfasis en la
participación de variadas agencias y actores en la
intervención y en los espacios destinados para esta
participación.
Finalmente se profundiza en la problemática y oportunidad que
representa la escuela como institución social, pilar de un
barrio y espacio arquitectónico para sembrar una Cultura de la
Prevención a largo plazo.
I. PREVENCION SITUACIONAL y CPTED: APROXIMACIONES TEÓRICAS
1.1. Definición de Prevención Situacional
El Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas plantea que
“hay indicios claros de que las estrategias de prevención
del delito bien planificadas no solo previenen el delito y la
victimización, sino que también promueven la seguridad de
la comunidad y contribuyen al desarrollo sostenible de los
países. Las políticas responsables y eficaces de
prevención del delito mejoran la calidad de la vida de todos los
ciudadanos. Producen beneficios a largo plazo al reducir los
costos relacionados con el sistema formal de justicia penal, así
como otros costos sociales resultantes de la delincuencia. La
prevención del delito ofrece oportunidades para aplicar un
enfoque más económico a los problemas de la
delincuencia.”
El concepto de “prevención del delito” se
consagró en pronunciamientos como la “Declaración
del Milenio” del año 2000 y a partir de este concepto se
impulsan medidas preventivas que abordan las causas profundas y
factores de riesgo relacionados con la delincuencia y sus
víctimas, que lentamente demuestran mayor eficacia que la
represión, aun cuando sus efectos puedan evidenciarse más
en el mediano plazo. Las nuevas medidas plantean estrategias o modelos
que equilibran la prevención y represión del delito
con un componente de desarrollo social, promoviendo iniciativas que se
inclinan por modelos de mayor integralidad y complejidad con el uso de
estrategias que incorpora diferentes enfoques (3):
a) prevención situacional, para reducir las oportunidades de
delitos contra potenciales víctimas, aumentando el riesgo para
los infractores de ser detenidos.
b) prevención social, con acciones para atender factores
personales, familiares y sociales que predisponen a una persona a
cometer delitos o actos violentos (desarrollo social y
económico, servicios de salud y educación, con
énfasis en la situación de niños y jóvenes).
c) prevención para la integración o reintegración
(rehabilitación), con acciones destinadas tanto a la
víctima - para evitar su reincidencia - como al victimario.
d) prevención comunitaria, creando mejores condiciones de
seguridad en los vecindarios para influir sobre la delincuencia, la
victimización y la inseguridad.
La Prevención Situacional engloba estrategias y medidas
encaminadas a reducir el riesgo de que se produzcan delitos y sus
posibles efectos perjudiciales para las personas y la sociedad,
incluido el temor a la delincuencia, y a intervenir para influir en sus
múltiples causas. La participación de la comunidad, la
cooperación y las asociaciones representan elementos importantes
del concepto de prevención del delito, si bien el término
"comunidad" puede definirse de diferentes maneras, en el presente
contexto se refiere esencialmente a la participación de la
sociedad civil a nivel local.
Su enfoque está orientado a prevenir los delitos reduciendo la
oportunidad de cometerlos, aumentando para los delincuentes el riesgo
de ser detectados y detenidos y reduciendo al mínimo los
beneficios potenciales del robo incluso mediante el diseño
ambiental, y proporcionando asistencia e información a
víctimas reales y potenciales (prevención de situaciones
propicias al delito); para esto busca modificar las condiciones
existentes en los vecindarios que influyen en la delincuencia, la
victimización y la inseguridad resultantes del delito mediante
el fomento de iniciativas, la aportación de experiencia y la
decisión de los miembros de la comunidad (prevención de
la delincuencia basada en la localidad).
La prevención situacional se ha transformado en un eje
protagónico en política pública e
investigación desde comienzos de los años 80. Esta
condición coincidió con una coyuntura favorable
política y académica tanto en el Reino Unido, Estados
Unidos como en Australia.
En términos criminológicos la prevención situacional representa un camino hacia:
a. La priorización de la prevención del
crimen ante el control mediante políticas orientadas de manera
práctica y menos académicas.
b. Un énfasis en alteraciones del medio ambiente físico.
c. La relevancia del proceso de control social informal.
d. La agresión más que el agresor como
el primer foco de atención, y situada en un contexto espacial.
Desde hace un tiempo, criminólogos asociados a la escuela de
Chicago (1920) y posteriormente otros vinculados a investigaciones
británicas, han identificado la importancia del control informal
y del medio ambiente en el estudio de los patrones de crimen.
Hough define la prevención situacional así:
a. Estrategias dirigidas a enfrentar un patrón específico de crimen.
b. Estas involucran el manejo, diseño y
manipulación del medio ambiente inmediato en el que estos
crímenes ocurren.
c. El objetivo de estas estrategias es reducir la oportunidad de que ocurran estos crímenes.
Dentro de este esquema, la reducción de la oportunidad criminal
puede presentar tres formas interrelacionadas y superpuestas:
a. Aumentar el esfuerzo vinculado a la
comisión de un delito dificultando la obtención del
blanco criminal.
b. Aumentando el riesgo, real o percibido, de detección o aprehensión del delincuente.
c. Reduciendo la recompensa de cometer el delito. En
algunos casos esto implicará remover los blancos criminales
todos juntos.
La metodología CPTED como una parte de la Prevención
Situacional, también está vinculada al fortalecimiento de
procesos comunitarios de control social informal. En este sentido las
estrategias situacionales deben tener un énfasis comunitario.
Por ejemplo, los ambientes residenciales deben ser diseñados
para que permitan fortalecer el proceso informal de control social
entre residentes para facilitar la vigilancia natural.
Una de las principales atracciones de una estrategia CPTED es su
aparente simplicidad y su capacidad de proveer lo que parecen
soluciones reales a tipos específicos de crímenes en una
variada gama de contextos. Estas estrategias están orientadas a
la reducción de oportunidades delictivas en lugares y tiempo
específico.
La metodología CPTED es entendida como una respuesta
pragmática al problema delictivo ya que se basa en que el
espacio, el diseño y el medio ambiente son factores que pueden
ser más fácilmente modificados que el agresor. Sin
embargo, dado lo anterior, se puede decir que es una visión
limitada del problema delictivo, que es multivariado y multicausal y
que debe sumarse a otras, ya que no se hace cargo de las causas del
crimen.
La tesis de que una gran cantidad de crimen es oportunístico y
susceptible de variar en sus oportunidades, creció en la
década de los 70. Está visión fue apoyada por
investigaciones especialmente basadas en entrevistas a delincuentes
residenciales realizadas en 1975 (4). Los autores
Brantingham and Brantingham y Bennett and Wright, sugirieron que el
evitar el riesgo de ser aprehendido por la policía juega una
parte importante en el proceso de toma de decisiones del delincuente
frente a una situación delictiva.
Todo lo anterior se enmarca en la metodología CPTED ("Crime
Prevention Through Enviromental Design" o "Prevención de la
Delincuencia Mediante el Diseño Ambiental"), que pudiera ser
vista como el brazo operativo de la Prevención Situacional, dado
su énfasis en dos variables que son claves para el desarrollo de
estas estrategias en la región:
a. Percepción de Temor: como un eje clave en
la conformación urbana de nuestras ciudades y muy vinculado a
temas de segregación urbana y marginalidad social.
b. Co-Producción de Ciudad: la
metodología CPTED considera al habitante urbano como experto de
su propia sensación de inseguridad por lo que él es un
actor clave en todo el proceso de toma de decisiones respecto a su
medio ambiente. Por ello toda la metodología CPTED incorpora la
participación activa del habitante urbano.
1.2. CPTED (Crime Prevention Through Environmental Design)
Uno de los ámbitos donde se ha demostrado el valor de la
teoría de la oportunidad es el de la planificación urbana
y diseño arquitectónico. En Canadá, Estados Unidos
y otros países del mundo, este enfoque es conocido bajo el
nombre de "Prevención de la Delincuencia Mediante el
Diseño Ambiental" ("Crime Prevention Through Enviromental
Design" o CPTED).
El concepto de CPTED (5) , acuñado en 1972 por C.Ray
Jeffery, se basa en la idea de que ocurren delitos en determinados
espacios debido a las oportunidades de localización que ofrece
el entorno físico. Esto permite plantear que es posible alterar
el entorno físico de manera que se disminuya la probabilidad de
que ocurran delitos.
De acuerdo a Jeffrey:
"El medio ambiente urbano puede influir en el comportamiento criminal
en particular y en el comportamiento en general de dos maneras;
físicamente, proporcionando el entorno físico al que los
individuos responden; socialmente, proveyendo las relaciones sociales a
la que responden los individuos. Las características
físicas del medio ambiente urbano más negativas son
ruido, polución y sobrepoblación. Las
características sociales son alineación, soledad,
ansiedad y deshumanización". (Jeffrey,1972)
CPTED propone cinco conceptos: control natural de accesos, vigilancia natural, mantención y reforzamiento territorial.
1. Control natural de los accesos
El control natural de los accesos es una estrategia de diseño
que apunta a reducir la oportunidad criminal. Promueve el diseño
de elementos arquitectónicos a modo de umbrales para crear en
los potenciales asaltantes la percepción de que hay un riesgo en
elegir esa área porque tiene un usuario específico.
Las principales recomendaciones físicas que considera son:
conectar accesos directos con áreas observables, prevenir la
colocación de accesos en áreas no observadas,
diseñar espacios que orienten a los usuarios, dando
indicación natural de salida o de entrada, y proveer un
número limitado de rutas de acceso.
2. Vigilancia natural
La vigilancia natural es una estrategia de diseño que busca
incrementar la visibilidad sobre un espacio, a través de una
apropiada ubicación, diseño de ventanas,
iluminación y diseño de paisaje. Se busca aumentar la
capacidad de los habitantes urbanos de observar la actividad que ocurre
en el entorno, lo que provee la oportunidad de modificar
comportamientos inadecuados o reportarlos a la policía o al
dueño de la propiedad. Cuando la vigilancia natural es utilizada
en su máximo potencial, aumenta la posibilidad de inhibir el
crimen, al hacer que el comportamiento del agresor sea
fácilmente notable.
3. Mantención
El concepto de mantención de espacios urbanos se refiere a la
necesidad de tener planes de manejo, de limpieza y jardinería,
de los espacios públicos. Según el programa CPTED es muy
importante que el espacio urbano sea percibido por los usuarios como un
espacio cuidado. En este sentido, se asocia el concepto de
mantención de espacio urbano con la teoría conocida como
de "las ventanas rotas", que supone que un espacio deteriorado localiza
mayor delitos de oportunidad que uno en buen estado de
mantención.
4. Reforzamiento territorial
El concepto de reforzamiento territorial alude al sentido de afecto que
establece el habitante con su entorno inmediato y que por lo cual,
cuida.
El diseño de espacios que buscan aumentar un sentido de afecto
en sus usuarios usa muchas técnicas. Ubicar deliberadamente
actividades seguras en áreas potencialmente inseguras puede
lograr este efecto. De esa manera se aumenta no sólo el uso sino
también la mantención del área.
5. Participación Comunitaria
Uno de los aspectos claves abordados por la metodología CPTED es
el diagnóstico y diseño de estrategias ambientales que
aborden el problema de la percepción de temor a ser
víctima de la delincuencia en el ambiente urbano con
metodologías participativas.
El temor, como emoción básica que nos alerta en caso de
peligro, es universal al ser humano. Existen códigos ambientales
que nos gatilla la emoción del temor, como un espacio oscuro,
acumulación de basura, graffiti, y falta de información
ambiental entre otras.
Existen encuestas de percepción de inseguridad en diversos
países de la región, y estas demuestran que la
percepción de inseguridad frente a la posibilidad de ser
víctimas de un delito es en algunas oportunidades más
alta que la ocurrencia efectiva de delitos. Otras investigaciones han
demostrado también que desde un punto de vista espacial la
ubicación de áreas de concentración de temor no se
corresponden necesariamente con las áreas de
concentración de delitos.
En base a lo anterior, es que la metodología CPTED cubre un
espectro clave del problema delictivo en nuestras ciudades y es el
ámbito de la percepción de inseguridad. Esto en base al
principio de que el habitante urbano es EXPERTO en el
conocimiento de su propia sensación de seguridad ambiental, ya
que es él el que transita por el espacio urbano y percibe
umbrales de temor asociados a diversas variables ambientales (una
esquina oscura, un sitio urbano eriazo, un paradero de micro aislado,
etc).
En este sentido la metodología CPTED introduce diversos
instrumentos de medición de umbrales de sensación de
temor asociados a variables específicas del medio ambiente
construido. En estas mediciones el actor principal es el propio
habitante urbano. De lo anterior, se desprende que la aplicación
de una estrategia integral de Prevención de Violencia y Delito
requiere la incorporación de estrategias situacionales y de
CPTED que tengan como objetivo tanto la reducción del delito de
oportunidad como de la percepción de inseguridad urbana.
1.3.Detractores de la Prevención Situacional y CPTED
Es muy importante destacar que a nivel mundial y de diversas corrientes
de opinión existen también detractores respecto a las
estrategias de Prevención Situacional y CPTED. Estas
críticas están basadas principalmente cuando la
estrategia en cuestión se aplica de manera aislada sin ser parte
de una intervención amplia de Prevención de Violencia y
Delito en el territorio. En este sentido cabe resaltar que es la clave
del éxito de uns estrategia situacional y de CPTED que no se
aplique de manera aislada respecto a otros planes y programas de
seguridad pública o ciudadana a diversas escalas, especialmente
la escala local.
Otra crítica hacia estas estrategias proviene del efecto de
desplazamiento que sostiene que al intervenir el espacio vulnerable el
delito de oportunidad se desplaza y no se elimina. Respecto a esta
crítica es importante resaltar que el éxito de cada
estrategia es local y debe evaluarse caso a caso para poder
efectivamente establecer si hubo un patrón de desplazamiento
delictivo ambiental.
Finalmente otra crítica específica a la
metodología CPTED se realiza cuando se aplica el CPTED de
primera generación, es decir basado netamente en el triangulo de
decisión racional del delincuente. En LAC, la Corporación
CPTED Región promueve el CPTED de segunda generación que
pone énfasis además de la oportunidad delictiva al manejo
del temor y al aumento de cohesión comunitaria incorporando dos
principios más a los tres iniciales que son manutención
ambiental y participación comunitaria.
Un estrategia de Prevención de Violencia y Delito está
lejos de ser perfecta pero lo que uno puedo lograr es que sea la
más adecuada al territorio deonde se aplica y a la comunidad
local que la necesita.
II. PROGRAMAS DE PREVENCION DE LA VIOLENCIA Y EL DELITO MEDIANTE EL DISEÑO AMBIENTAL EN AMERICA LATINA Y EL CARIBE
La Prevención Situacional y la metodología CPTED se han
aplicado de diversas formas en países de Latinoamérica y
El Caribe aportando al avance en la construcción del
conocimiento empírico respecto a estas dos disciplinas.
Destacan los siguientes casos realizados en los últimos 8 años en la región:
a. Comunidades Justas y Seguras (Argentina) aplicado
en la ciudad de Rosario. Esta es una iniciativa de prevención
comunitaria de la violencia de carácter no gubernamental, basada
en la adaptación e implementación del Modelo Foros de
Convivencia. En estos foros se discuten todas las variables que afectan
a la comunidad en su barrio respecto a los problemas de inseguridad. Es
en este espacio donde se discuten también estrategias
ambientales en conjuntos con otras de prevención. Es un acierto
del proyecto su carácter de horizontal, siendo una iniciativa
básicamente de la sociedad civil. Una característica
central del proyecto es que éste no está supeditado a la
administración pública o al gobierno, sino que se
relaciona con el gobierno y otras instancias de manera horizontal en la
búsqueda e implementación de soluciones a los problemas
de inseguridad, a través de la construcción de redes
colaborativas.
b. Colonias Urbanas (Chile) desarrollado por la
Vicaría zona-centro en la cuidad de Santiago, hizo una apuesta
por la seguridad a través del fortalecimiento de la capacidad de
los jóvenes de construir sus espacios, destinados a la
protección y prevención comunitaria. Se beneficiaron
alrededor de 250 jóvenes y niños y, gracias a ello, las
Colonias Urbanas aparecen como un espacio de protección que
amplía sus vínculos hacia otros grupos. El proyecto tuvo
un impacto en seguridad en la medida que los jóvenes se
constituyeron en actores de la comunidad, que conjugan su accionar para
generar espacios donde se devuelve la confianza en las personas y se
pierde el miedo a estar en la calle
c. Centro Deportivo Unidad Vecinal 18, (Chile) Se
intervino en la Unidad Vecinal 18 de la comuna de Lo Prado utilizando
la metodología CPTED con la instalación de equipamiento
deportivo reduciendo los delitos de robo con fuerza asociado a la
locomoción pública y aumentado la confianza comunitaria.
(Revista CAVE n8 Chilectra 2008) Con este proyecto se logró
aumentar significativamente la cohesión comunitaria así
como reducir la sensación de inseguridad de los vecinos de la
unidad 18 como producto de la intervención y del plan de
actividades deportivas asociado al uso del espacio. Cabe destacar que
se realizó con la intervención de Chilectra en una
innovadora alianza público privada.
d. Comisiones Civiles Comunitarias (Brasil) El
programa busca descentralizar la política de seguridad ciudadana
en Sao Paulo cuya población es de cerca de 11 millones de
habitantes e incluir canales de participación para mejorar la
gestión compartida de actores locales de prevención de
violencia y criminalidad, por medio de la implementación de
comisiones civiles de seguridad en distintos distritos de la ciudad. En
dos años de funcionamiento del programa, fueron creadas seis
comisiones civiles comunitarias con un total de 3987 personas que
formularon 879 demandas puntuales principalmente en iluminación,
seguridad escolar y corte de vegetación para mejora de campos
visuales, de las cuales el 75% fueron ejecutadas. En enero de 2005, la
nueva administración municipal elegida en las elecciones,
extinguió el programa de Comisiones Civiles Comunitarias
e. Culturas Juveniles y Comunidad en Quito (Ecuador)
La pandilla es un espacio de organización social de adolescentes
y jóvenes que satisfacen un conjunto de necesidades afectivas y
de seguridad, están cargadas de capacidades Y oportunidades que
deben ser aprovechadas para prevenir y resolver los riesgos que viven
los adolescentes y jóvenes y así aportar a la
construcción de una identidad positiva que potencie su
desarrollo como personas y ciudadanos. En los espacios institucionales
y comunitarios se desarrollan organizaciones y vínculos
naturales entre niños y niñas que no son potenciados
hacia una cultura de no violencia.
f. Educación para la Convivencia y Seguridad
Ciudadana: Una Experiencia de la Administración Civil de
Bogotá, D.C. con la Policía Metropolitana.
(Colombia) En la experiencia de Educación para la Convivencia y
Seguridad Ciudadana, por parte de la Administración Civil hacia
la Policía Metropolitana se utilizaron diversas estrategias
metodológicas con el fin de desarrollar un proceso de
capacitación complementaria de la Policía. Estas
estrategias fueron:
1. El curso-taller. Esta modalidad permite la congregación de un
grupo para abordar la reflexión de su experiencia y apropiarse
de nuevos elementos conceptuales a partir de la realización de
ejercicios y acciones didácticas, dentro de la dinámica
del aprender-haciendo.
2. Estudio de casos. Los policías participantes de la
capacitación son personas portadores de un amplio saber derivado
de su hacer cotidiano en la atención, investigación y
prevención de diversos asuntos relacionados con la convivencia y
seguridad ciudadana, propiciados tanto en el Espacio Público y
privado en el cual se desarrolla su acción. Este saber, de corte
principalmente empírico, se constituye en la materia particular
para referir y reflexionar los objetivos pedagógicos de la
capacitación.
3. Acciones Demostrativas. Es una estrategia didáctica orientada
al logro de una mayor articulación entre conocimiento
teórico -conceptual y conocimiento práctico por parte de
los policías. Es una iniciativa implementada desde el año
1996 que se desarrolla de manera alterna a los desarrollos
temáticos, objeto de cada programa o proyecto educativo.
Objetivo General: Contribuir a los procesos de capacitación y
actualización de los miembros de la policía
metropolitana, orientados a cualificar su saber y saber-hacer como
personas, miembros de una familia, ciudadanos y servidores
públicos responsables de la formación de ciudadanos.
Objetivos Específicas: a) Fortalecer la autoestima de los
participantes, b) Mejorar el desarrollo de las habilidades
comunicativas: escuchar, hablar, leer, escribir, argumentar, c)
Promover la reflexión ética de la acción policial,
d) Aportar elementos teóricos, conceptuales y
metodológicos para comprender la seguridad y convivencia como
servicio público y como construcción social en contextos
específicos.
Resultados: Los principales resultados de este proceso, los cuales son
una síntesis de las evaluaciones realizadas por la
Policía, las universidades y consultores externos, se resumen:
1. Logros:
• Mejoramiento de autoestima de participantes.
• Mejoramiento de habilidades comunicativas de participantes.
• Mayor interacción entre policía y juventud.
• Incorporación de temas de Seguridad y convivencia en las universidades.
• Producción de materiales didácticos de calidad.
• Diseño de un sistema de seguimiento y evaluación.
• Apertura de la Universidad hacia los escenarios de la Seguridad y la convivencia
• Configuración de metodologías apropiadas para los servidores públicos.
• Cualificación del saber- hacer de la seguridad y convivencia.
• Aumento de oferta académica.
• Desarrollo de programas: Investigación,
intervención, evaluación que han conllevado al
desplazamiento de la Universidad a los espacios de la Acción
Policial.
• Apertura de espacios de conocimiento y acción
conjunta de los funcionarios de la Administración Civil y de la
Policía con responsabilidades en asuntos de Convivencia y
Seguridad.
2. Vacíos:
• Predominio de métodos de educación regular.
• Conocimiento insuficiente del contexto de los campos de acción de los policías.
• Material didáctico genérico, no específico.
• Desarticulación entre oferta regular y
capacitación para el trabajo (según contextos y
necesidades y características de participantes).
• Organización de equipos por horas
• Manejo de presupuestos
• Escaso compromiso social de la universidad.
3. Retos:
• Rediseño de las Políticas de
incorporación, formación de la Policía y de los
mecanismos de promoción y gestión humana.
• Elaboración de un plan a largo plazo para la profesionalización de la Policía.
• Diseño y ejecución de estrategias para el
fortalecimiento del compromiso ciudadano orientado al respaldo y
acción conjunta con la Policía.
La evaluación del efecto e impacto de la capacitación
complementaria de la Policía en el mejoramiento de la
Convivencia y Seguridad Ciudadana, es un reto para la actual
administración. Para ello se dispone del Sistema de Seguimiento
y Evaluación diseñado para tal objetivo.
Como se ha observado en los diversos programas descritos de
intervención en CPTED y prevención Situacional
anteriormente es muy relevante respetar la creatividad y
carácter local, así como la promoción de
vínculos entre diversas agencias del estado así como de
los gobiernos locales para que la intervención sea exitosa.
La forma de acercarse al territorio siempre es de una manera integrada,
no solo con estrategias situacionales o de CPTED sino que de la mano de
estrategias de prevención social de la violencia y el delito
así como de estrategias de control dependiendo del problema
delictivo a resolver.
Del listado de proyectos y programas descritos es importante
señalar que tienen especial relevancia aquellos que le ponen un
acento marcado a la participación de niños y
jóvenes en sus estrategias. Estos grupos son los que en 10
años más nos mostrarán si tuvimos éxito en
prevenir violencia y delito por lo que no se deben escatimar esfuerzos
en crear espacios de participación donde tanto los niños
como los jóvenes puedan expresar sus necesidades tanto desde el
punto de vista ambiental como social.
Es en esta perspectiva que la institución escolar cobra una alta
relevancia como espacio articulador de la formación preventiva y
asume un rol de motor de una estrategia e prevención de
violencia y delito que busque vincularse al barrio. A
continuación se profundiza sobre el tema de la mirada de
prevención de violencia y delito ambiental respecto a los
espacios escolares.
III. APLICACIÓN DE CPTED EN ESPACIOS ESCOLARES SEGUROS
En las diversas intervenciones tanto situacionales como de CPTED, que
se han realizado en la región descritas anteriormente, el
espacio para la participación ciudadana de diversas maneras ha
sido clave para el éxito de la estrategia.
Cuando hablamos de prevención de violencia y delito
además de confianza y cohesión comunitaria estamos
aludiendo además a la raíz institucional donde se deben
sembrar estos énfasis y formar en una cultura de la
prevención como lo ha demostrado con éxito el caso
colombiano.
La escuela en un barrio es el espacio donde sembrar las bases de una
cultura de la prevención. Es con el trabajo de la comunidad
escolar, niños, adolescentes, padres y docentes que uno puede
trabajar en un sentido realmente preventivo a largo plazo.
Además, la influencia ambiental de una escuela en
relación a su barrio es enorme, si esta está bien
diseñada tendrá un impacto positivo sobre el resto del
barrio.
3.1. Inseguridad Escolar
En un estudio realizado hace 10 años en Estados Unidos por la
Liga Nacional de Ciudades (National League of Cities), el 89% de los
encuestados en 700 ciudades y pueblos analizados dijeron que la
violencia en las escuelas era un problema en su comunidad. Por su
parte, el libro publicado recientemente por Torrego y Moreno
señala que “los crecientes problemas de disciplina en los
centros escolares, y en particular la violencia escolar, se perciben
como una suerte de epidemia transnacional que se mueve y extiende de
país en país, cambiando por completo el paisaje de
nuestros sistemas escolares y la identidad de la profesión
docente”.
América Latina no escapa a este fenómeno, aumentando la
violencia en los centros educativos, lo que influye negativamente no
solo en la convivencia escolar sino también y fundamentalmente
en el proceso de aprendizaje. La inseguridad, la violencia y la
delincuencia en el entorno escolar de Latinoamérica y
Centroamérica es un tema cada vez más frecuente. Una
Escuela Segura, hoy en día ya no es solo un concepto
arquitectónico, donde la escuela debe brindar confort y prevenir
riesgos (siniestros), sino que abarca un concepto mucho más
amplio.
Una escuela no solo debe ser confortable, brindar bienestar a sus
ocupantes e intervenir directamente en el concepto de salud:
condiciones de temperatura ambiental ideales y constantes,
ventilación e iluminación óptimas, espacios
adecuados a las tareas y número de individuos que la
ocupan, sumándose a ellos aspectos estéticos.
Lo anterior corresponde solo a condiciones normativas
arquitectónicas, pero además debe proporcionar a los
alumnos las mejores condiciones de seguridad durante su permanencia en
la escuela, disminuyendo la percepción de temor y evitando
posibles espacios inseguros que promuevan eventos de violencia o
delincuencia. Esta es una de las preocupaciones fundamentales que debe
estar presente desde los mismos comienzos del proyecto de
edificación escolar.
Todos estos factores de bienestar favorecen el desarrollo de las
tareas que realiza cualquier integrante dentro de la escuela, el
proceso de enseñanza –aprendizaje, el rendimiento escolar,
la comunicación. Una escuela es segura cuando es planificada y
construida de acuerdo a normativas y condiciones ambientalmente
adecuadas, que promueva la seguridad ambiental, con una comunidad
escolar informada y sea conocedor de las fortalezas y debilidades que
pueda contar la institución para actuar sobre ellas.
En Latinoamérica y el Caribe, algunos centros escolares y su
entorno, sobre todo en zonas de alta peligrosidad, se han convertido en
espacios inseguros que ponen en riesgo tanto los procesos educativos
como la salud y la integridad física de los alumnos. Este tipo
de situaciones, si bien no son generalizadas, han suscitado
preocupación entre las autoridades educativas y la necesidad de
adoptar una serie de medidas preventivas con un enfoque formativo.
El tema de la seguridad escolar encuentra su razón de ser en la
necesidad de brindar protección a los alumnos de las escuelas
primarias y secundarias. La seguridad es un derecho del cual dependen
otros derechos; sin seguridad, no se puede garantizar, en este caso, el
derecho a la educación con equidad y justicia. La seguridad
tiene su origen en el valor de la solidaridad y se expresa cuando las
personas se preocupan tanto por su bienestar, como por el bienestar de
los demás.
Se ha hecho necesario establecer en los centros escolares las
condiciones que permitan identificar y atender necesidades inmediatas
de seguridad, al mismo tiempo que instituir mecanismos de
prevención que posibiliten garantizar mejores condiciones en el
futuro. Lo anterior exige reconocer que la seguridad escolar no puede
ser construida exclusivamente desde los ámbitos de autoridad,
sino que requiere contar con la participación de toda la
comunidad escolar en las acciones tendientes a lograrla, por lo tanto,
la seguridad escolar es resultado de las acciones emprendidas por la
escuela y permite al colectivo contar con las condiciones necesarias
para el desarrollo de procesos encaminados a la formación
integral de los alumnos. Involucra, además de las condiciones
básicas de seguridad, un estado de tranquilidad que permite que
los procesos escolares se desarrollen armónicamente.
Al mismo tiempo, genera mecanismos que permiten desarrollar en la
comunidad educativa una visión amplia de la prevención,
la cual le provee de medios para anticipar situaciones de riesgo en el
interior y exterior de los centros educativos, así como la
formación de los alumnos para la vida. En este sentido,
contribuir a la prevención es un elemento fundamental en la
seguridad escolar.
La seguridad escolar requiere de condiciones ambientales internas de la
escuela, al tiempo que las del entorno inmediato, tanto del barrio como
de la ciudad en la que se inserta. Por lo tanto, su promoción
implica el establecimiento de procesos de evaluación de aspectos
como las relaciones personales, las historias de vida, la historia
institucional, la ubicación geográfica de la escuela, los
índices de delincuencia, violencia y adicciones en la comunidad
circundante, etc.
La seguridad escolar debe ser el resultado de las acciones colectivas y
coordinadas por la comunidad escolar para atender situaciones de riesgo
ambiental en su interior y en el entorno inmediato; identificar a la
delincuencia, la violencia y las adicciones como elementos que la
vulneran; y establecer medidas preventivas a corto, mediano y largo
plazo para garantizar la integridad física y la formación
de los alumnos.
3.2. Cultura de la Prevención
La cultura de la prevención dentro de la escuela va más
allá del estricto cumplimiento de la normatividad, exige el
desarrollo de competencias encaminadas al conocimiento y cuidado de
sí mismos, la participación responsable en la
conformación de espacios seguros, la solución no violenta
de los conflictos, la identificación y manejo de situaciones de
riesgo y la actuación con apego a la legalidad y sentido de
justicia. Así, las actividades escolares se transforman en
conocimientos, habilidades, actitudes y valores que trascienden los
límites de la escuela y se integran a la vida diaria de los
alumnos para mejorar su forma de vivir, lo que redunda en la
construcción de una cultura de la prevención y en la
existencia de sociedades seguras.
La cultura de la prevención es el conjunto de actitudes,
creencias y valores positivos compartidos por la mayoría de los
miembros de una sociedad sobre la seguridad, las situaciones de riesgo,
la educación para la prevención y la
participación. Esto implica reconocer que el camino para
construir una cultura de la prevención no es competencia
exclusiva de la escuela, requiere de la contribución de
diferentes actores e instituciones sociales. Construir una cultura de
la prevención requiere de las acciones de los alumnos, las
autoridades educativas, los responsables de la seguridad
pública, las instituciones de salud, los maestros y trabajadores
de la educación, los padres y madres de familia, las diferentes
instancias de gobierno, organismos nacionales e internacionales, las
organizaciones no gubernamentales y todas aquellas personas que
reconocen a la prevención como la forma de construir comunidades
escolares seguras.
3.3. La Comunidad y la Seguridad Escolar
Uno de los principios fundamentales debiese ser el hecho de que la
seguridad al interior de la escuela y su entorno no puede ser entendida
como tarea exclusiva de las autoridades escolares. Por tal motivo uno
de los ejes de trabajo propuestos debe ser la colaboración de
toda la comunidad en la conformación de las escuelas como
espacios seguros.
En ese sentido, se debe promover el trabajo permanente de
“Consejos Escolares de Participación Social”, sin
embargo, la participación de la comunidad en la seguridad
escolar, puede asumir formas diferentes que respondan a las necesidades
de organización de las entidades, los municipios y las escuela.
El objetivo general del diseño y creación de Escuelas Seguras debiera ser:
”Que los espacios educacionales de latino-américa y el
Caribe conformen Escuelas Seguras, es decir, que se constituyan en
espacios libres de violencia y delincuencia, donde los niños y
jóvenes aprendan dentro de un ambiente que favorezca su
desarrollo integral.”
Objetivos Particulares de Escuelas Seguras:
• Impulsar y fortalecer una cultura de la prevención situacional (CPTED) en las escuelas.
• Impulsar acciones y propuestas que contribuyan
a prevenir situaciones de violencia y delincuencia para los alumnos,
favoreciendo el desarrollo de actitudes y valores entre la comunidad
escolar, orientados a la conformación de un espacio
ambientalmente seguro en la escuela, el entorno escolar y entre los
alumnos.
• Favorecer la conformación de espacios
educacionales ambientalmente seguros en la escuela, el entorno escolar
y entre los alumnos.
• Fomentar la colaboración entre las
autoridades y las organizaciones de la sociedad civil en la
prevención de la violencia y la delincuencia en los espacios
educativos.
3.4. Plan Integral de Seguridad Escolar
A continuación se describen las etapas que debiera tener un plan de seguridad escolar:
Para llevar a cabo las etapas de un plan de seguridad escolar se
requiere la constitución del equipo de gestión con
miembros de la comunidad escolar que ejecute las diversas etapas del
plan. Los miembros de este equipo de gestión deben ser elegidos
pensando en aquellos que mayor representatividad tengan de la comunidad
y aquellos con perfil idóneo para llevar adelante las diversas
etapas.
Un plan integral de Seguridad Escolar requiere de la constitución de las siguientes etapas:
a. Diagnóstico Ambiental Escolar: para el desarrollo exitoso de
cualquier plan de Seguridad Escolar se requiere de la
realización de un diagnóstico de la vulnerabilidad
espacial delictiva de la escuela y su entorno cercano. Se debe buscar
la detección de variables sociales y físicas
específicas que permitan al equipo de gestión del plan
determinar y focalizar el problema a intervenir.
Se debe velar por distinguir la problemática vinculada a una
dimensión espacial del medio ambiente escolar, especialmente si
posteriormente la intervención contempla modificación del
entorno físico escolar.
Para levantar información cuantitativa y cualitativa del
problema delictivo del espacio escolar se deben utilizar las
herramientas de diagnóstico ya descritas anteriormente: Taller
de diagnóstico en seguridad educacional, Marchas Exploratorias
de Seguridad (MES), Entrevistas en profundidad o conversaciones
informales, Grupos focales, Encuestas de temor y victimización,
Taller de Dibujos, Maquetas Participativas y Asamblea con
papelógrafos.
La decisión de que herramienta utilizar debe ser tomada por el
equipo de gestión y es importante que se establezcan con
claridad los criterios por los cuales se escogieron dichas
herramientas.
Se sugiere la utilización de un par de herramientas al menos
para levantar diversa información del problema de vulnerabilidad
ambiental a definir y resolver. Se debe cubrir además con las
diversas herramientas las problemáticas de vulnerabilidad de
día y de noche, así como de diversos días de la
semana.
Una vez levantada toda la información se requiere analizarla
detectando cual es la problemática delictiva, de temor o de
violencia escolar que más se repite y en que espacio se localiza.
Una vez detectadas esas dos variables, problema delictivo y su espacio
vinculante, se debe describir detalladamente las características
físicas y de uso de dicho espacio.
Se recomienda que una vez finalizada la etapa de diagnóstico,
los resultados del mismo sean expuestos a la comunidad escolar para
lograr consensos.
b. Diseño del Plan: una vez terminada la etapa de
diagnóstico y validado el principal problema con la comunidad
escolar, el equipo de gestión debe concentrarse en la
elaboración del diseño de la intervención. Para
ello es recomendable recordar los principios de CPTED (Vigilancia
Natural, Control Natural de Accesos, Reforzamiento Territorial,
Mantención, Participación Comunitaria) y velar por que la
estrategia de intervención física se oriente según
ellos.
A modo de ejemplo, si en un espacio se observó en el
diagnóstico que el problema de vandalismo e inseguridad se da en
la escuela por falta de uso de un espacio o por que solamente es usado
a ciertas horas y en otras permanece deshabitado es importante
fortalecer el principio de vigilancia natural y de reforzamiento
territorial.
Estos se pueden activar ya sea colocando actividades que aumenten la
cantidad de vigilantes naturales, un kiosko, un diario mural y marcas
territoriales que comuniquen que ese espacio no está abandonado
y que alguien está pendiente. Una marca territorial positiva son
murales pintados por los mismo alumnos, basureros con el logo del
colegio, asientos, el nombre del colegio en destacado entre otros.
Usando otro ejemplo, si en el diagnóstico se detectó que
el principal problema de inseguridad radicaba en el perímetro de
la escuela, se requiere fortalecer, bajo el principio de control
natural de accesos, los puntos de entrada a esta con actividades que
atraigan a los vigilantes naturales, con un espacio adecuado para la
espera de los estudiantes por sus padres para ser recogidos y con
iluminación de ser necesario.
Otro espacio que puede ser vulnerable es el de los baños y los
camarines de gimnasia. Si este está ubicado en un área
del colegio con baja visibilidad, poca frecuencia de uso es fundamental
mantenerlo siempre limpio e impecable y con información
actualizada. Nuevamente se requiere dar la señal de que alguien
está a cargo no importa lo lejano que esté el espacio en
relación a todo el establecimiento escolar.
Además de estos ejemplos puntuales es importante destacar que el
diseño del plan debe considerar coherencia entre las diversas
partes de la intervención. En estrategias CPTED no sirve hacer
islas seguras, se requiere tener circuitos seguros que posibiliten al
usuario del espacio recorrer el ambiente escolar de manera integral y
de forma segura.
Otro aspecto a considerar es la aplicación del diseño del
plan por etapa. No siempre se pueden realizar obras físicas de
una sola vez, ya que existen limitantes económicas o de
gestión. Es en ese caso que se requiere planificar
intervenciones continuas y coherentes y comunicarles estas etapas a los
miembros de la comunidad escolar.
Finalmente la participación de la comunidad escolar en el
diseño es muy relevante. No sólo debe mostrársele
el plan sino que se sugiere diseñar el plan en conjunto. Para
ello el uso de maquetas participativas de diseño ofrece
posibilidades concretas de visualización de los actores de las
posibilidades y resultados de la intervención física.
c. Ejecución del Plan: la ejecución de un plan de
Seguridad Escolar requiere de mucha programación y
planificación por parte del equipo de gestión de la
escuela. Una vez consensuado y difundido el diseño del plan se
requiere planificar las etapas de construcción las que pueden
organizarse en:
c.1.Equipo de Ejecución obra piloto:
Cuando el plan de Seguridad Escolar contempla más de una
intervención física, se recomienda hacer una parte del de
manera piloto para probar de manera práctica a los actores
involucrados, tiempos de ejecución y diversas variables
difícil de predecir antes de comenzar las obras.
Una parte clave del éxito de la obra piloto es el equipo que la
lidere. Es muy importante que los acuerdos queden claramente definidos
por escrito en actas por sesión.
Ocurre que desde la definición del proyecto hasta la
materialización de las obras pueden ocurrir distintas
percepciones por parte del equipo, no siempre lo que se imaginó
en papel o en maqueta se percibe de la misma manera una vez concretado
(pintura, luminaria, pavimentos) por lo tanto es muy importante dejar
los acuerdos por escrito y si se deciden hacer cambios en etapas
posteriores que corrijan ciertos efectos estos también deben
quedar por escrito.
En esta obra piloto se pueden ensayar los roles de los diversos actores
en base a sus habilidades y conocimientos. También se
descubrirá de que manera organizar la participación de la
comunidad escolar para que colabore de manera más eficiente con
el Plan de Seguridad Escolar.
c.2. Obra piloto
La ejecución misma de la obra piloto requiere de mucha
atención y cuidado por parte del equipo de gestión ya que
esta obra, además de producir un impacto general en el Plan de
Seguridad Escolar, buscar crear un efecto de demostración hacia
la comunidad escolar para que esta apoye ampliamente la
concreción del plan en su conjunto.
Existen diversas maneras de ejecutar la obra, por contratación
de equipos externos solamente o equipos externos más mano de
obra de miembros de la comunidad escolar que tengan experiencia en
edificación. Esta última fórmula es la más
aconsejable por el grado de involucramiento que puede existir
finalmente al terminarse la obra.
c.3.Evaluación obra piloto
Para la evaluación de la obra piloto se recomienda crear una
pauta de entrevistas de mayor o menor grado de satisfacción
respecto a la obra para los mismos actores del equipo de
gestión así como de la comunidad escolar. Esta
información colaborará significativamente a la puesta en
marcha posterior de todo el plan de Seguridad Escolar.
c.4.Programación de equipos de la obra general
Una vez conocidos los resultados de la evaluación de la obra
piloto se requiere organizar los equipos que ejecutarán las
diversas obras en el recinto escolar. Dada la envergadura que estas
pueden representar para la escuela y el óptimo funcionamiento de
la comunidad escolar se sugiere que todas las acciones sean
suficientemente difundidas para evitar disgustos y accidentes.
c. Evaluación:
Una vez terminada la ejecución del plan es muy importante
proceder a evaluar su impacto levantando información cualitativa
y cuantitativa que pueda ser comprada con aquella utilizada para la
elaboración del diagnóstico. El capítulo 4 de este
manual profundiza en el método de evaluación y
construcción de indicadores que midan el impacto de la
intervención.
IV. REFLEXIONES FINALES
1. La Prevención Situacional y CPTED son
estrategias validas para ser aplicadas en conjunto con estrategias
integrales de Prevención de Violencia y Delito en barrios de
nuestra región.
2. Existen intervenciones situacionales y CPTED en
diversos países de la región con diferentes
énfasis lo que genera una masa crítica interesante y la
posibilidad de establecer redes de intercambio de buenas
prácticas entre las ciudades donde se han aplicado.
3. El financiamiento para una intervención
CPTED es un factor importante en el éxito de la estrategia ya
que generalmente involucra la construcción de proyectos o
modificación de obras existentes.
4. El desarrollo de estrategias de CPTED para
escuelas no es un ámbito extensamente difundido en la
región, no obstante los beneficios que acarrea para un barrio.
5. La intervención CPTED en una escuela
requiere de la participación de toda la comunidad escolar en el
diseño e implementación de la estrategia socio ambiental.
6. Debe velarse por tener evaluaciones de cada
intervención con datos cualitativos y cuantitativos para lo cual
el establecimiento de indicadores desde el comienzo de la estrategia
que permitan construir una línea base es fundamental. En nuestra
región cuesta encontrar evaluaciones serias que demuestren el
impacto de intervenciones tanto en el ámbito situacional como de
CPTED, lo que deja un espacio abierto a la construcción de
instrumentos que sirvan para ello.
V. BIBLIOGRAFIA
A. Documentos y Libros consultados:
- Brantingham Paul y Patricia. “Environmental
Criminology: from Theory to Urban Planning Practice”. Estudios de
prevención del crimen, 1998.
- Crawford, Adam. “Crime Prevention and
Community Safety: Politics, Policies & Practices”. Longman
Criminology, 1989.
- Hillier, Bill. “Space is the Machine”. Cambridge, 1974.
- Jacobs, Jane. “Death and Life of Great American Cities”. Vintage Books, 1962.
- Jeffery, Clarence Ray. “Crime Prevention Through Environmental Design”. Sage Publications, 1977.
- Newman, Oscar. “Defendible Space”. Londres, 1972.
- Ramsay, M. “City-centre crime: The scope for situational prevention”. Londres, 1982.
- Crawford, Adam. Crime Prevention and Community Safety, Politics, Policies & Practices, 1989.
B. Páginas web consultadas:
- www.cpted.net
- www.cpted-region.org
- www.cptedontario.ca
NOTAS
3 NACIONES UNIDAS. Resolución 2002/13.
4 Brantingham, Paul; Brantingham, Patricia. 1998.
5 Jeffrey, C. Ray, 1977.