Revista invi N°31, Agosto 1997, Volumen 12: 3 a 22

ESTADO DE IDENTIDAD ARQUITECTÓNICA EN CHILE CENTRAL

Sofia Letelier 1
Ana Rugiero 2

1 Arquitecta, Académica del Departamento de Diseño Arquitectónico FAU.
2 Arquitecta, Académica del Instituto de la Vivienda FAU.

En un período de investigación de tres años, financiado por FONDECYT, se estudió el fenómeno de la Identidad Arquitectónica de la Arquitectura de Chile central, desde la semiótica y como un fenómeno social que trasciende -y no implica exclusivamente- las cualidades mismas de una determinada producción arquitectónica. La identidad se manifestaría en el grado de comunicación que la Arquitectura es capaz de establecer con el público lego, la cual, al ser susceptible de ser considerada como un lenguaje -del tipo no verbal-, permite un análisis semiológico para verificar su comportamiento semiótico como producto social.
Through a three year project supported by FONDECYT, the phenomenon of architectural identity was studied in central Chile. The research was carried out from a semiotic point of view and as a social phenomenon which goes beyond -and loes not entail exclusively- the qualities of a specific architectonical production. Identity is expressed in the degree of communication which the architecture is able to stablish with the lay man. Such communication may be regarded as a nonverbal language and thus it can be submited to a semiotic analysis to verify its semiotic behaviour as a social product.

DESCUBRIR LA IDENTIDAD

Para efectos de este estudio, convinimos en entender por 'identidad', un fenómeno complejo que se da en la intersección entre sociedad, cultura y lugar, y que se manifiesta en tres dimensiones:

a) la dimensión 'objetiva': en que las acciones y/o productos de una misma persona, entidad o colectivo presentan naturalmente rasgos similares y estables.

b) la dimensión 'personal", que consiste estar en condiciones de 'identificar' e 'identificarse con' los signos cercanos o propios.

c) la dimensión 'social', consistente en 'identificar repertorio de signos del colectivo al cual se pertenece, discriminándolos de los de otros grupos; y, al mismo tiempo, manifestar vocación colectiva a la producción, transferencia y perdurabilidad de ciertos signos por sobre otros'.
A partir del supuesto de que la identidad arquitectónica en la zona central de Chile - la más poblada del país, entre Ovalle y Concepción -, tiene una imagen difusa para la generalidad de los chilenos, (lo cuál queda en evidencia en que los propios eventos y escritos de arquitectos nacionales que se refieren a 'identidad' se remiten a la arquitectura de los extremos norte o sur del territorio); y considerando que el momento coyuntural de profuso intercambio de información puede ser un riesgo de mayor indefinición, se planteó abordar un estudio semiótico de este lenguaje, a fin de establecer los rasgos identificables para el público común y el grado de consciencia y consideración de estos códigos por parte del emisor arquitecto.
Se tomó en cuenta que, si se consideraba la Identidad como un fenómeno social, capaz de establecer un vínculo tácito de códigos de producción y reconocimiento que permitieran comunicación mediante la operación de dichas reglas, debía haberse producido necesariamente un previo proceso de significación colectivo, en que los signos y sus reglas -internas y de combinación- hubiesen alcanzado un común significado y sentido valórico. De allí que para determinar el grado de comunicación que la arquitectura es capaz de establecer, aparecía importante conocer el significado y la valoración que los signos arquitectónicos representan hoy, tanto para las personas comunes -legas en arquitectura-, como para los arquitectos, también partícipes sociales. Ello se realizó mediante:
Un MODELO original, que reune coherentemente postulados de Umberto Eco 1 -relativos a la relación del signo con diversos niveles de codificación; de Luis Vaisman 2 , en lo concerniente a la operacionalización y taxonomía de los niveles sígnicos de un lenguaje; y de Marina Vaisman 3, en cuanto a la interdependencia cultural de los contenidos significantes en la generación de tipos y empleo de modelos en la identidad arquitectónica. Relaciona la Identidad con los campos colectivos de contenidos del lego y del especialista, en los procesos de Significación y Comunicación que se generan para el caso de la arquitectura.
Un MÉTODO propio y ad-hoc, lo más inductivo y abierto posible, el cual, sobre la base de indicadores objetivos,- como son las reacciones verbalizadas en adjetivos y preferencias respecto de imágenes-, permitiese despojar, en alguna medida, la subjetividad que tiñe el juicio sobre arquitectura A fin de focalizar la búsqueda, los estímulos de imágenes reactivas se limitaron a elementos que se suponían ser más comunicativos de mensajes a nivel semático: los remates superiores, los accesos y las esquinas-. Para evitar cualquier subjetivismo en la selección de la muestra de edificios, se eligió una temática base que cruzara varias dimensiones del espectro arquitectónico entre lo público / privado; lo doméstico / institucional; que se diera en cualquier situación urbana, a cualquier escala y en todos los tiempos. Dichos criterios fueron satisfechos por la temática hotelera . (ver modelo Cuadro 1).

Cuadro 1. Modelo de Derivación Semiótica


Otras subhipótesis complementarias permitirían abordar el problema. En primer lugar, la presencia de patrones tipológicos zonales y/o locales que fuesen reconocidos (en sentido semiológico, a nivel de semas, monemas y 'visemas', que corresponden respectivamente a elementos mayores significativos; a partes con sentido; o a características cualificantes), daría cuenta de identidad. En segundo lugar, las diferencias climáticas y especialmente pluviométricas entre los extremos de la zona, deberían haber dejado una impronta en los patrones físico-formales en uso. Por último, el reconocimiento del uso del edificio por sus signos y la identificación de recursos ytecnología, denotarían usos colectivos. De existir estos patrones de Identidad, ellos deberían ser reconocidos tanto por arquitectos como por los legos, -si existía significación convergente-, y su empleo emitiría mensajes de probable comunicación.
Es así que se exploró la zona, en búsqueda de la existencia de tipos formales -semánticos- en los rubros mencionados, a los cuales se sumó -por la imposibilidad de restarlo de los mensajes- el rubro 'envolvente' sólo en su relación ' vano / cerramiento', incluyendo material y colorido. Los tipos se consideraron en tanto códigos relacionales y 'significantes' en cuanto su vinculación a modelos referenciales identificables.
De la aplicación del procedimiento expuesto -que se realizó mediante encuesta audiovisual a 30 arquitectos y a 230 legos en principales ciudades de la zona, teniendo como grupos control a La Serena y Temuco-, se buscaron rasgos que caracterizarían la arquitectura chilena central con tres criterios:

El método semiótico -como se verá- se mostró eficiente y fecundo para los tres niveles de análisis, develando una cierta clase de identidad centrada, antes que en un repertorio potente de signos y códigos propios -identidad que llamamos 'estructural'-, en un conjunto de características que perfilan una orientación particular de las personas, que pudieramos llamar identidad 'actitudinal'.

1. EL CAMPO SEMÁTICO. SUSTANCIA DE IDENTIDAD

-Cuantificación de recurrencias de los diversos tipos arquitectónicos por rubros

Escasa convergencia de rasgos comunes se detectan para lo que llamamos 'Chile central', como para subzonas o ciudades determinadas. Coexisten numerosos tipos en uso por rubro semático -25 para accesos; 22 para remates superiores; y 20 para esquinas-, lo que indica una dispersión contraria a lo escencial de identidad. Ello se agudiza dado que, por una parte, la frecuencia de uso de los tipos para cada rubro es baja y no logran concitar unidad en el discurso global de cada ciudad o en la zona, lo cual es más agudo en el caso de accesos y esquinas; sólo en los remates se advierte alguna convergencia cuantitativa hacia un reducido número de tipos. Por otra parte, el modo de empleo de dichos tipos es tan variado, que su versión monémica o visémica hace a veces irreconocibles aquellos que se reiteran.
A diferencia de lo que sucede en la mirada cuantitativa -en que los remates presentan cierta convergencia en tipos predominantes-, son ahora éstos los que resultan más cualitativamente afectados por la versatilidad modal de los tipos, o al menos en ellos su mayor potencial comunicativo se advierte más resentido. Si bien pueden estar presente elementos asociables a determinados tipos, la aguda alteración de códigos llevaría - al decir de L. Vaisman - a 'insignificancias' (pérdida de significado); a 'incomprensibilidades' (entorpecimiento de la lectura del texto para hacerlo comprensible); y a 'perversiones sgnificativas' (ya sea que aporten una significación distante y contraria al sentido del texto, o bien que su inserción haga ambiguar o perder significación al todo), etc. Ello desemboca en una comunicación ruidosa -o en incomunicación- y en un desperfilamiento de una posible identidad.
Más que a nivel de los tipos mismos deducidos, los rasgos distintivos se dan a nivel de lo que hemos llamado 'macrotipos', es decir, perceptos de mayor globalidad y elasticidad que comprenden varios tipos con algún rasgo estructurante común (ver Cuadro 2). Lo anterior se refuerza por el hecho de que las posibles recurrencias detectadas que dan origen a significación para las personas y orientan su decodificación, se ubicaron en mayor medida a nivel 'monémico' o 'visémico' -partes caracterizantes y/o aspectos cualificativos, como proporciones y colores -antes que a nivel semático del tipo explícito como tal, es decir en cuanto características totales del signo como sustancia. Pocas cosas pueden afirmarse entonces como seguras, a nivel semático zonal:

a) Accesos: Los tipos más empleados se reiteran con una frecuencia poco incidente: 16% («perforación simple de la masa») y 7% («liberación de un módulo propuesto por la estructura»), ambos de baja intencionalidad y diseño, que en conjunto suman un 23%, es decir casi la cuarta parte. Intermediando y también con baja incidencia, se encuentran dos tipos de ingresos protegidos («marquesina» o similar 15% y « hueco señalado porvolúmen saliente superior», en todas sus variantes 7,5%),cuya suma, a pasar de representar también un 23%, no logra concitar Identidad. El resto de los tipos -casi la mitad de los accesos- se dispersa en cantidades inferiores al 5%, por lo que resultan poco significativos. Puede señalarse además que sólo un 40% de los accesos integra su sintaxis a la del resto del edificio o muestra intencionalidad en su relación con él.

Cuadro 2. Los macrotipos y sus significados globales.


b) Remates Superiores: Los tipos de remate cuya frecuencia individual pudiera considerarse de alguna incidencia por superar ei 5%, se polarizan en dos grandes macrotipos opuestos, como son: los remates «planos» (38%, con todas sus variantes. desde la «simple interrupción horizontal» hasta las cornisamentos y alerones ) y «techos de aguas» (31%, donde un tercio está representado por "mansardas"). Por ser ambas tendencias contradictorias respecto a su adecuación al clima, contribuyen a una ambiguación de la lectura del skyline y del lugar, El resto de tipos -casi un tercio-, si bien de mayor elaboración, articulación y adecuación a la arquitectura, tiene reducida presencia por cuanto cada uno tiene una frecuencia inferior al 5% . En cuanto a sintaxis, las tipologías predominantes mencionadas antes, presentan también escasa relación con la sintaxis general del edificio que culminan.

'Disposición, tamaño y distancias relativas de los vanos entre sí y con los artistas; así como la tímida pendiente de los techos y la proporción de los aleros han alcanzado identidad en este cerro de Valparaíso'


c) Esquinas: No aparecen como un motivo arquitectónico altamente diseñado. Cerca de un 42% se atiene al encuentro escueto de los planos de fachada concurrentes, ya sea por «arista simple» (26%) o mediante «ochavo simple» (total o parcial, en un 16%), sencillez que incide en el perfil perceptivo y, en sí mismo, pudiera sugerir cierta lisura y austeridad. El resto, cercano al 60%, presenta mayor elaboración pero conjuntamente una fuerte dispersión en tipos, reforzándose ésto por la importante presencia de lo que denominamos «esquina mixta» (13%, que no sólo es 'compuesta', sino difícil de catalogar y describir). Lo anterior hace desdibujar nuevamente un posible perfil en esta vertiente semática. Las esquinas más elaboradas, sin embargo, son los únicos semas que integran de algún modo su texto al resto del edificio; pero su variedad, hace difusa su incidencia en la Identidad del texto urbano.
d) Envolvente, relación relativa maza/vanos: Existiría una tendencia de las personas a identificarse levemente con envolventes en que predomina lo macizo, (o bien lo cerrado), pero no se logra definir una determinada vocación visémica frente a los vanos o perforaciones (preferencia por determinados ritmos o proporciones, o por una mayor o menor contribución de los ritmos a la pregnancia del muro como tal). Más bien se advierte aceptación generalizada de una variedad aleatoria y de baja integración de los vanos al discurso del muro, cuando no una docilidad frente a los ritmos que modula escuetamente la estructura soportante del edificio.

Si nos detenemos sólo en los remates de edificios en altura de los cinco últimos años, es posible confirmar lo antes dicho. Se eligió este nivel semático, por ser 'inescapable': presencia y referencia inevitable para el transeúnte e instancia obligada de definición y término de texto para el discurso arquitectónico. La tendencia al respecto que se observa,vista cuantitativamente, indica que la dispersión tipológica va en aumento, no por el número de tipos -que disminuye de 22 a 9, en altura- sino por la cantidad de versiones, la cual aumenta hasta 7 variantes por tipo. Vista cualitativamente entonces, la edificación en altura mantiene la ambigüedad del skyline entre 'horizontalidad' y 'aguas', en el cual un 75 % lo constituyen mansardas; surgen 'remates por antonomasia' o cuerpos con discurso ad-hoc -cúpulas, bóvedas y otros cuerpos- que aportan su propia geometría autorreferente ; además, cuando se adaptan a la altura tipologías preexistentes, las proporciones de los tipos usados sobre catorce pisos, no dan cuenta del alargamiento del cuerpo o fuste que rematan. Lo anterior es especialmente evidente en el caso de antetechos horizontales y mansardas, empleadas con gran elasticidad de proporciones. Adicionalmente al uso elástico de la mansarda, la restricción normativa traducida por 'rasantes'-dictadas por el 'derecho al sol'-, ha propiciado diversos tipos de 'escalonamientos' o cortes 'alusivos -a.; mansarda' en la decodificación visual - 'telescópicos' 'pirámides irregulares' y diversos modos de, truncamiento de prismas-, todo lo cual contribuye a hacer más heterogéneo el perfil.
Pero, para la edificación en altura, la incidencia en la Identidad de un determinado rasgo en la comunicación que oferta el paisaje, no está sólo relacionada a la recurrencia. La incidencia cualitativa en la identidad depende también de la pregnancia y elocuencia del signo; de su estructuración (inducción de ejes, centros o pautas de lectura) , en fin, de su capacidad de concitar atención urbana e interés suficientes por el tiempo necesario para captar su código y decodificarlo. En nuestro paisaje, si bien están adquiriendo alguna incidencia las denominadas 'remates ad-hoc', ellos como cuerpos de geometría propia, articulan y atraen hacia su propio texto, interfiriendo la lectura de otras tipologías de menor fuerza que condicionan su comunicación urbana a la existencia o no de 'ruidos visuales'. Así, el 'remate horizontal' -o el tendiente a él-, aún redundante, es de poca incidencia en la Identidad de altura por cuanto su manejo local carece de tensión suficiente para imponerse, al minimizarse en general las proporciones del elemento borde (dejándose justo en 'lo necesario'), o al seccionarse su lectura con múltiples recursos insertados que resultan 'amortiguadores'.

2. SIGNIFICACIÓN. CAMPO NOÉTICO PREVALENTE.

Tendencia de los contenidos en que basa su interpretación el chileno medio y los arquitectos.

La significación que interpela la arquitectura puede rastrearse preferentemente a partir de la adjetivación que suscita y de lo que de ésta puede derivarse. En la adjetivación de ambos grupos -legos y arquitectos- se detectó una prevalencia de fuertes preimágenes distantes de la realidad para la zona, y, asímismo, el manejo de algunos definidos imaginarios por ciudades- especialmente entre los no arquitectos-, que desdicen la muestra estadística de la real producción arquitectónica en ellas. Se comprobó que en este momento, los remates superiores son los semas más interpelantes de significación en cuanto a promover, a partir de sus códigos, reconocimiento de un lugar y de la función/destino de edificios; que el clima - que se suponía absolutamente asociable a la tipología de remate del edificio-, no opera mayormente como fuente significante en Chile, aunque lo climático es levemente de mayor significación para el lego qúe para los arquitectos. Un ejemplo decidor: existe un preconcepto mítico del °clima de la zona' en' general y de ciudades específicas, que hace a las personas identificar e identificarse con ciertos tipos de remate por subzonas, que no tienen representatividad cuantitativa real en el lugar, no llegando a asumirse como propios los que verdaderamente abundan en un contexto definido. (ver Cuadro 3 ).
Se descubrió que, en general, se daba una taxonomía de orden significante -encabezada por el Remate Superior (nivel sema) que gatilla para el chileno la mayor comunicación de contenidos funcionales, epocales, simbólicos, de sensaciones, etc., tanto como de valorización estética-. Le siguen en capacidad de apelación: Color y Materialidad (visemas); Ventanas (monemas); Accesos (sema que se suponía de mayor importancia en Chile) y, finalmente Esquinas (sema). Estas, claramente inexpresivas para el repertorio de Identidad de Chile central. Esta taxonomía resulta una comprobación importante para operar con un perfil básico si se promueve identidad. La gama de significados que estos elementos semáticos logran suscitar como contenidos solidarios y compartidos, se pesquizó en cuanto a campos definibles, como son: a) discernimiento de la función o uso del edificio; b) valoración estética u orientación afectiva ; c) identificación o vinculación de pertenencia con determinado territorio, clima y localidad. A continuación señalamos, sumariamente, el estado de estos niveles de identidad.

a) Reconocimiento tipológico de "la función". No obstante la importancia en la comunicación que se detectó para el remate en cuanto condicionador de la significación total del edificio, éste orienta sólo muy globalmente un reconocimiento de tipo "funcional" (el destino del edificio) y su imaginario, no obstante ser el más perfilado, se extiende entre límites estrechos. En primer lugar aparece significativo por su reiteración el remate "recto horizontal" -en proporción de antetecho-, que se asocia con lo 'institucional"; en segundo lugar , el "techo de aguas" -que se asocia a "casa"-; seguido muy de cerca por la "mansarda" - que se asocia a "habitacional" genéricamente, en un sentido particularmente amplio ("alojar", cobijar algo). Ello ha contribuido seguramente a que esta última adopte una gran variedad morfológica y una amplia gama de destinos. Los accesos no contribuyen mayormente al reconocimiento del uso del edificio -excepto por signos paraarquitectónicos agregados- , ya que sus tipologías se utilizan indistintamente. Las esquinas son absolutamente inespecíficas a este respecto.

Cuadro 3. Imagiario lego por ciudades

 

"El público maneja un código atrofiado para los edificios de salud, que relaciona modulación rígida y color blanco".

b) Valoración estética. Las personas legas, a diferencia de los arquitectos, tienen gustos y espectativas estéticas específicas: valoran la espacialidad que articula los accesos entre lo privado y lo público; aprecian la reiteración de lo contextual, de lo que les es habitual antes que lo diverso; valoran asimismo los énfasis explícitos y las sintaxis claras entre los diversos elementos. Lo mismo sucede frente a lo "pregnante", de geometrías definidas, y al uso clásico del tipo (a excepción del "techo de aguas", frente al cual prefieren lo asimétrico); privilegian las articulaciones que obedecen a acoger la escala humana; y se inclinan preferentemente por un colorido conservador, aunque buscan lo cálido. Persiste una fuerte valoración por características propias de lo que entienden por "moderno" -sobretodo grandes ventanales y estructuras o planos escuetos-. La madera, a nivel de visema, es valorada en elementos, no en el todo. No gustan, en general, de "sobresimplificaciones". La valoración 'positiva' de estos códigos - que no parecen ser conscientes y recogidos por el arquitecto emisor al momento de decidir un particular texto para un determinado mensaje -, la expresa el lego mediante señalar las sensaciones que experimenta. El arquitecto rehuye verbalizar sensaciones, y más bien adjetiva descriptivamente la forma.

c) Caracterización de "Chile Central" como significado. Lo considerado "chileno" en esta zona resulta ser muy vago. Las personas identifican correctamente la procedencia de imágenes de múltiples orígenes en su paisaje, reconociéndolas como "extranjeras" pero aceptándolas en su medio sin problemas. Sólo signos del sema Remate Superior dan señales de haber sido 'apropiados': son inmediatamente reconocidos como 'chilenos': la mansarda (!), el "techo de aguas" y la "terraza con pérgola" (aunque esta última no tiene origen en la zona central ). La "mansarda", cuya presencia porcentual va en aumento en el tramo medio de la zona, y que estadísticamente no era abundante hasta el año '93 en Temuco ni en Valparaisó sino muy escasa, es asignada especialmente a estos lugares por la casi totalidad de los habitantes, por una idealización de su historia. Sin embargo, curiosamente, cualquier monema que se inserte en ellas, si tiene rebordes blancos, desvía la comunicación hacia noreuropa, desvinculándola de "Chile". El "techo de aguas" por su parte, es fácilmente asociado con Chile, desde el tipo "ruca "hasta un "chalet suizo". (a excepción , curiosamente, de los sujetos de Concepción y Temuco, que parecen renegar de él, aunque el clima lo haría pertinente). En cuanto a la relación masa/vacío en la envolvente, las personas coinciden en identificar lo más masivo como "chileno", y se concita mayor identificación cuando su relación ventana-muro es menos articulada, de ritmos aleatorios y de baja integración: yuxtaposiciones de varios tipos y tamaños de perforaciones se asumen como "propias", asignación que se refuerza si aparece combinado con "techo de aguas". Ello obedece a que los rasgos hispánicos o 'coloniales' se acogen incondicionalmente como "de Chile", aunque no son hoy abundantes en la zona.

d) Clima y lugaridad de Chile central: A pesar de lo anterior, no se identifica ninguna clave en particular de clima o lugar -o combinaciones de ellas- como "de Chile". La mezcla de claves climáticas dadas por hibridación de colory de materialidad - factores que se creían con alto podersignificante de 'clima' y lugar'-, es aceptada como propia o 'chilena' en general. Se acepta la hibridación y coexistencia de rasgos propios de lo lluvioso, junto con rasgos más adecuados a clima cálido y seco asociable al tramo norte. En cuanto al color, se estructura su reconocimiento por una definda cardinalidad: norte = claro; sur = oscuro ( incluido el color del ladrillo), polaridad que sólo tiene excepción en la autoimagen de los habitantes de Temuco (que lo perciben luminoso y claro) y en la asignación del 'blanco' a la arquitectura de la costa, indepen-dientemente de su latitud . Adicionalmente, y en general en toda la zona, no se reconoce en el predominio cuantificado del color gris un rasgo "chileno", mostrando un cierto 'escapismo' mediante una autoimagen ideal. Materialidades particulares o determinadas tecnologías, por su parte, no han afincado tampoco una clara significación en el imaginario central, -donde todo se valida- como asímismo no adquiere significación el territorio en cuanto hecho telúrico: sólo se ha conformado el significado 'costa', al que se lo vincula con 'liviandad', 'movimiento' (formal) y color blanco. Estas claves son compartidas tanto por legos como por arquitectos.

2.1 Contenidos específicos que opera el lego.

El público lego tiene bastante claro lo que prefiere. Del "repertorio" de significados que arrojó la encuesta, se extrajo un conjunto recurrente de 'atributos positivos que asigna el lego', lo que constituiría el 'Imaginario Ideal Chileno". Son términos adjetivos textuales que el público lego aprecia en la arquitectura , y que no siempre es dable reconocer como intención en las obras construidas y no son explícitamente verbalizados en general por los arquitectos, a excepción del término 'elegante', reiterado en su verbalización. Suponemos que, de ser acogidas por la arquitectura las cualidades que el lego valora como intensión de mensaje , se incrementaría la comunicación. (ver cuadro 4 ).

Cuadro 4. Repertorio de atributos positivos que el lego espera. Imaginario ideal chileno.

Los términos que se enlistan como repertorio positivo y que se refieren más a sensación que a cualidades formales, tuvieron las preferencias más altas y equivalentes entre los legos. Si se resume en una palabra -con el término más inclusivo- cada uno de los grupos de expresiones adjetivas que resultaron de asociarlos por su significado más evidente, para formar un subsistema de cuatro términos podríamos decir que el chileno común se identificaría con una arquitectura con rasgos claros que no obstante conjuga ciertas contradicciones: 'protectora', a la vez que 'amplia'; 'alegre', al mismo tiempo que 'sobria'

2.2. Contenidos que explicitan los arquitectos

A diferencia de los legos -que, más allá de sustentar un cierto imaginario de lo local, mostraron estar orientados por sensaciones; más sensibles frente al clima y a diferencias arquitectónicas 'litoral/ valle'; y agudos frente a los vaivenes estilísticos, (al no caer como podría suponerse en engaños debidos a revivals o alusiones epocales)-, los propios arquitectos demostraron no haber logrado consensuar un repertorio significante para ser compartido entre sus pares: no coinciden, en general, en lo que prefieren o les gusta y sin embargo mustran convergencia de grupo en lo que rechazan, -campo en que tienen también coincidencias con lo que rechaza el lego, especialmente en lo que ambos califican corno 'frío' y/o 'feo'. Los arquitectos actualizan con facilidad códigos 'especializados' vigentes pero los verbalizan casi esclusivamente en referencias formales y se abstienen de emitir juicios adjetivados de tipo estético,
especialmente frente a lo que aprueban. Se expresan verbalmente en referencias exclusivas a términos de visualidad física y, cuando son consultados por sensaciones, sustituyen un adjetivo directo por una verbalización lúdica - de escamoteo- Ello impidió determinar en forma más completa su repertorio cualificativo . No obstante, pueden señalarse algunos rasgos que consideran positivos.(ver cuadro 5).

Cuadro 5. Repertorio de atributos positivos que el arquitecto expresa


Este conjunto de significados 'positivos' resulta más reducido que el repertorio lego y no contiene, como pudiera esperarse, contenidos exclusivos del especialista a excepción del atributo 'limpio' -que el arquitecto emplea en referencia formal y no de asepcia. Si bien los otros atributos son aparentemente coincidentes con las espectativas legas, en este caso se refieren a cualidades formales en tanto que para el lego abarcan un contenido más amplio y vivencial.
Si nos atenemos a lo probado por Levy-Strauss 4, en el sentido de que una mayor cantidad y precisión de los términos del lenguaje verbal indicaría mayor especificidad conceptual y mayor riqueza en la gama de contenidos, el escueto repertorio de términos positivos verbalizados por los arquitectos resultaría alarmante. Sin embargo pudiera ser que la variedad de versiones visuales - ya señalada- con que se operan los tipos, indique una compensación mediante el lenguaje no verbal arquitectónico y estaría indicando una voluntad de operar con contenidos complejos, irreductibles a un término, flexibles y abiertos a interpretaciones. Si es así, la variedad no coincidente con !as espectativas del lego, nos pondría en presencia de un 'ideolecto' que dificulta la comunicación necesaria a la identidad.

3. COMUNICACION DEL PAISAJE ARQUITECTÓNICO CENTRAL

Determinación del grado de comunicación que alcanzan los arquitectos hacia el público lego.
A partir de la coincidencias de preferencia y rechazo, y considerando que el código es una regla tácita tanto para cifrar el mensaje como para descifrarlo, se buscaron códigos comunes, cuya coherencia, consistencia y estabilidad, pudiéramos denominar Código del Perfil Semiótico de Identidad de la Arquitectura Chilena Central.
Dicho perfil resultó difuso o fragmentario debido a que, como se demuestró antes, hay gran diferencia entre el campo noético que manejan los legos al decodificar respecto del que manejan los arquitectos tanto al codificar como al decodificar. Los campos del lego y del especialista tienen una intersección no mayor al 6,5%, lo que impide la identificación del público con la arquitectura y una conformación de códigos comunes. Demarcados el campo significante del lego, el de los arquitectos y el común para ambos, se pudo establecer también que las divergencias marcadas -distintos significados para mismos signos - bordean el 60%, es decir, más de la mitad de sus respectivos códigos constituyen 'mundos aparte; en tanto, la discrepancia absoluta -significados no distintos sino opuestos-, alcanza un 25%, lo que quiere decir que la cuarta parte del campo noético configura 'mundos antagónicos'. Más aún, la escasa coincidencia mencionada arriba y que sería la débil base de comunicación, se encuentra, en general, entre aquello que a ambos "les disgusta" y no en lo que les gusta.
La confrotación de una aproximación vivencial por parte del lego con los criterios formalistas por parte del arquitecto, da cuenta de un factor de origen para la aparente incomunicación. Sin embargo, el hecho de que habría mayor comunicación en lo que ambos rechazan, nos parece importante: se pudo establecer, en parte al menos, que habría un definido campo a evitar para alcanzar identidad (lo que ambos estamentos considerarían 'frío' y 'feo', semantizado este último en gran medida por lo 'encerrado', subsistema que requiere un estudio más acucioso para definir sus respectivos umbrales de significación), y más allá de que se hayan detectado los atributos que habría que potenciar para una identidad positiva, los cuales, dada la tendencia de los arquitectos a una legítima autoafirmación, alcanzarían nuevamente gran variedad de modalidades y formulaciones originales, donde sería inoficioso y hasta temerario o negativo establecer umbrales.

3.1. Algunos Códigos en la Arquitectura de Chile Central

Habiendo considerado que, mientras la obra permanece a nivel de texto significante en la 'comunicación arquitectural', el 'emisor' es el arquitecto/autor -o 'los arquitectos' como cuerpo solidario-, se dedujeron los códigos ó reglas que supuestamente actuaban como inductores de interpretación textual o co-textual en las obras que sirvieron de estímulos visuales , Si bien se detectaron, como se dijo, áreas de significación / codificación que no son compartidas entre legos y arquitectos, (y que permanecen como sistemas o subsistemas de entendimiento 'intraestadio'), existe un espectro de signos cuyos códigos hacen para ambos un sentido común.

Ciertos cánones clásicos como la 'simetría' orientan fuertemente aún la valoración estética, no obstante que se contradiga -como en este caso- por el acceso en el rincón

a) Código de lo Funcional. Puede decirse que en este rubro existe cierta comunicación, con la salvedad de que los arquitectos visualizan la función desde hipercodificaciones modélicas universales y desde las tendencias formales del momento, en tanto que los legos lo hacen desde subsistemas vivenciados y recurren a una más amplia gama de referentes de uso. Hay pues, una codificación más polarizada de lo previsto, en cuanto a que la especialización de los arquitectos distanciaría su interpretación de la de los legos. Estos, por su parte, se muestran semióticamente creativos, alertas a nuevas codificaciones y permeables a las innovaciones, pero con hipercodificaciones esperables respecto al sistema genérico de la disciplina cuando se refieren a programas sofisticados y poco frecuentes.
De aquí que lo coincidente perfila un limitado 'código habitacional', restringido a lo construido en mediana y baja altura - que comprende para ambos principalmente accesos de 'perforación simple' y remates de'mansarda'-; los programas plurifuncionales que contienen habitación son semantizados por el'otro uso', produciendo aquí el umbral del código. Los códigos 'no habitacionales' se globalizan en un resto - 'institucional'-, deducido por'remate horizontal' lo que es notablemente rígido. En ello el código del ornamento no opera eficientemente para los legos ya que gatilla genéricamente significados de 'institución', con una leve mayor precisión en los arquitectos.

b) Comunicación Estética o de Preferencia. La valoración estética como mensaje, por ser un efecto multifactorial al originarse en aspectos generalmente inespecíficos o estar teñida de experiencias personales, se intentó establecer a través de cuatro factores con existencia de innegable certeza en la arquitectura: la aproximación valorativa hacia los rasgos visuales o 'visualidad estética'; la actitud frente a lo que se percibe; las sensaciones que se reconocen como producto de la percepción arquitectónica y
expresan una orientación afectiva; y la motivación que respalda dicha valoración. Adicionalmente se verificó el umbral de tolerancia a la ambigüedad, a la hibridación, a la articulación, al color y la valoración de aspectos formales específicos.
Vista así, la 'visualidad estética' establece para el chileno central una comunicación que se orienta por el señalado rechazo común a lo que se considera 'frío/feo' y 'encerrado' que puede definirse como antítesis del aprecio hacia una definida 'centralidad, jerarquización y refinamiento' -patrones de lo clásico- que se asocian con 'acogedor', 'limpio' (en el sentido de 'escueto') y al contenido elástico de 'elegante', asociado a liviandad. La pregnancia volumétrica -siempre que no implique hermetismo- orienta fuertemente el juicio estético y su falta es claramente rechazada. El código colorístico, por su parte, incluye preferencia por lo más 'sobrio' -lo cual es casi unánime entre los arquitectos que rechazan así las 'estridencias colorísticas', mientras que el 40 % de los legos las admite cuando aportan a "alegre/cálido", muy valorado por ellos-. No obstante estas coincidencias en el signo valorativo a nivel morfológico, la actitud y motivación de juicio que las fundamenta difiere entre legos y arquitectos: mientras los primeros adjetivan sin inconveniente sus sensaciones -motivaciones vivenciales-, los arquitectos se remiten a códigos objetivos perceptuales o de organización estructural/formal, o bien eluden el juicio.

c) Comunicación de Pertenencia (a Chile) -Fue posible establecer que la decodificación de la 'pertenencia' se realiza vía 'ejemplos', o contraste analógico, antes que por'reglas'. Desde el punto de vista semiótico, ello implica una restricción del sistema de comunicación, puesto que tiende a predominar la 'actualización' simple de la significación, en detrimento del mecanismo de lectura atenta a la 'variación de códigos', fundamental para la vitalidad de un subsistema de comunicación. Más alla de la existencia de signos reiterados, ellos se 'apropian' o no en presencia de ciertos códigos: la 'mansarda', tan frecuente en cualquier altura y escala, es reconocida como propia excepto si tiene cornisamentos y otros rebordes de color blanco y/o ventanas de medio punto, que derivan el contenido hacia 'europeo'; el 'techo de aguas' y la 'terraza apergolada iquiqueña', es reconocida como 'propia' aún con cualquier expresión y tecnología, elasticidad que aportan especialmente los legos al código de la zona central chilena; ausencia de codificación potente en accesos o esquinas, indica 'lo chileno'; los vanos dispares y de entrepaños irregulares se identifican como locales. El color, en tanto, presenta dos códigos: uno cardinal - colores claros hacia el norte de la zona central, y obscuros (incluyendo ladrillo) hacia el sur; y uno más definido para 'costa': el color blanco. Este conjunto o Código de Pertenencia se configura más entre legos que entre arquitectos, evidenciando 'neutralización' de la variedad existente del entorno. Además, la aceptación como 'nacional' por parte del lego de incoherencias estilísticas, alteraciones de escala o variaciones aleatorias de los tipos, dadas por monemas o visemas, muestra una baja espectativa del lego frente a la arquitectura. Se converge, sin embargo con los arquitectos, frente a que lo 'recargado' en cuanto a elementos formales y color, se excluye como potencialmente chileno.bLa amplia gama de evocaciones a que dió lugar cada estímulo, demuestra en sí misma una débil Identidad que no es posible atribuír en exclusiva a deficiencias de la lectura, sino también a la configuración misma de los estímulos; es decir, a fallas en la emisión de obras/texto con capacidad de conformar y transmitir 'identidad'. En relación a la orientación afectiva de la lectura, se confirmó entre los legos un subsistema de significación positivo (ideal) conformado por "acogedor/ protector -'moderno'/amplio - alegre/cálido - sobrio", el cual no es reconocido por los arquitectos quienes, en instancia de 'lectura' de esta relación común, se dispersan en aspectos pararquitectónicos.

4. PERFIL DE IDENTIDAD DE LA ARQUITECTURA CENTRAL DE CHILE.

Los signos, significados y códigos asociados que hemos descrito -tanto generales de la zona como por ciudades-, fueron puestos a disposición de jóvenes proyectistas para una simulación de reciclaje, a fin de verificar si el conocimiento de la tendencia con que decodifica el lego (usuario potencial), modificaría la actitud comunicativa y la orientación del uso del lenguaje arquitectónico. Se comprobó que de parte de ellos existe una apertura alentadora con voluntad de manejar y afirmar esos rasgos del perfil, aunque superponen o yuxtaponen a ellos su propio imaginario del lugar, el cual suponen honestamente como real.
A partir de lo anterior y de los indicios que de ello puede derivarse, el Perfil Semiótico de la Arquitectura de Chile se puede resumir en consecuencia como sigue:

a) Existe más una imagen idealizada que real del Chile arquitectónico.
b) La longitud del país hace que seamos muy "cardinales": polarizamos y retenemos imágenes y colorido del norte o sur extremos, aproximando a ellas la realidad intermedia.
c) Para el imaginario "ciudad", influyen más el conocimiento 'histórico-cultural' de ellas que imperativos climáticos.
d) El chileno es permeable -pero escéptico-, frente a las propuestas estéticas y de las importaciones.
e) La 'desagregación" y 'falta de unidad' está asumida por el público como connatural a "lo chileno".
f) Existe una taxonomía interpelativa local en que opera primero el remate Superior; seguido por el Color y Marielidad; y luego Vanos y sus ritmos. Los Accesos y las Esquinas son poco apelantes de significación.
g) Existe poca discriminación en la elección de los componentes y en su adaptación necesaria a nivel visémico. Ello hace que su independencia desvíe la significación y muestra que el chileno percibe mejor el detalle que la globalidad estructural
h) La dispersión en tipos o concentración con variaciones desvirtuantes del tipo, que desarrollan textos con sintaxis autónomas, muestra una baja tendencia a una Identidad estrcutural.
i) Si no hay identidad estructural pero sí tendencias y actitudes precisas en los individuos legos y arquitectos, se estaría ante una 'identidad actitudinal' que explica nuestro particular paisaje.
j) Hay débil influencia de tres factores que modelaron los signos confiriendo unidad visual en otras culturas: el clima, la función y la atinencia auténtica a una reducida gama tecnológica y material.
k) Se han conformado imaginarios que difieren de la realidad, a la vez que subsistemas de significación no coincidentes entre legos y arquitectos lo que lleva a una incomunicación que dificulta el proceso de Identificación y, por tanto de Identidad, mediante el lenguaje de la arquitectura. Al haber mayor coincidencia en lo que rechazan que en lo que aprueban ¿habría comunicación -e identificación- en un 'feismo?

Los accesos en Chile no han logrado perfilar un subsistema significativo claro en el público, ya que son pocos -como éste- los que formulan una intencionada comunicación

La Mansarda en Chile ha adquirido un fuerte contenido en el código 'habitacional' y se utiliza a veces, despojado de su función e incluso como signo emblemático

El perfil deducido llama a la reflexión y da cuenta de que ha existido una laxitud frente al fenómeno de la posible identidad de la arquitectura nacional, como noción de intercambio de mensajes, que hemos considerado en hipótesis que debía ser un continuum de contenidos autopoiéticos, en el sentido que H.Maturana 5 describe para los organismos, los cuales se perfeccionarían y condicionarían desde las potencialidades de sí mismos. Aunque hay indicios de cambio en la actitud de los arquitectos jóvenes hacia acoger con humildad contenidos significativos para el usuario, la cada vez mayor permeabilidad a la profusa información sobre la arquitectura extranjera en el momento presente, puede acentuar la dispersión ambiente y abortar esta tendencia.

NOTAS

1Eco, Umberto.; Tratado de Semiótica Barcelona, Ed, Lumen, 1985.
2Vaisman, Luis; Semiología Arquitectónica . Stgo. Chile, Publicaciones D.D. FAU, U. de Chile, 1974.
3Waisman, Marina; Estructura Histórica del Entorno, Ed Nueva Visión, Buenos Aires 1972.
4Levy-Strauss, Claud, Tristes Tópicos, Ed. Eudeba Buenos Aires, 1973.
5 Maturana, H. 'El Árbol del Conocimiento', Ed.Universitaria, Stgo, Chile, 1986.