Revista invi N°36 - Mayo 1999 - Volumen 14: 1 a 2
EDITORIAL
El sistema de libre mercado se extiende en prosecución del
crecimiento económico, cubriendo toda la vida nacional e
internacional de los países, ante lo cual, es difícil
mantenerse al margen y arriesgar quedarse atrás de otras
naciones que en el futuro pudieran convertirse en potencias expansivas
y peligrosas para la integridad del resto.
Chile, a través de su historia ha vivido una pobreza
endémica, acentuada por diversas catástrofes con que lo
ha castigado la naturaleza y su geografía, con excepción
de la prosperidad vivida a raíz del conflicto bélico de
1879, cuyas riquezas, no obstante, se dilapidaron en poco tiempo. Por
otra parte, el decrecimiento económico observado desde comienzos
del presente siglo, terminó por convencernos de nuestra
precariedad económica.
Sin embargo estas dos últimas décadas, el país ha
descubierto que la verdadera riqueza que realmente importa, no es la
que brinda la naturaleza, sino que es la capacidad de su gente,
actuando con acierto en el concierto competitivo internacional.
No obstante lo anterior, y después de haberse comprobado en el
país el valor que tiene su gente, como el recurso más
valioso para mejorar la situación económica, es
difícil que contando con este potencial, el país se
decida mantener voluntariamente una vida austera, equivalente a la
ocurrida con anterioridad a los años 80 sin otra alternativa.
Nadie lo entendería ni aceptaría, sobre todo cuando en
nuestra nación permanece un segmento social importante sumido en
la más absoluta pobreza, sufriendo grandes carencias materiales.
La redistribución del ingreso es, por cierto, uno de los
problemas que debemos solucionar, pero que no impide procurar el
desarrollo descrito. Es una tarea intra-nacional de equidad social,
cuya superación no no resuelve necesariamente las diferencias
que pueden existir con otras naciones más desarrolladas y que
sería legítimo intentar atenuar. Además, la
riqueza y goce material que otorga el progreso tecnológico y
holgura económica, despierta una atracción que deslumbra
y conquista con rapidez a la población necesitada,
situación que es difícil soslayar, especialmente para un
país tradicionalmente pobre, como lo ha sido el nuestro.
El sistema de libre mercado conduce al consumismo y a la
priorización del interés privado; subordinando las
posibles intervenciones del Estado a la expresión mínima
necesaria para regular tendencias que pudieran deteriorar el bien
social.
Sin embargo, a pesar de la avasalladora avalancha de la
evolución del sistema de libre mercado, surgen, no obstante,
visionarias advertencias ante posibles excesos del sistema, que
pudieran causar daños irreparables en la precaria calidad del
hábitat que actualmente tenemos.
En esta perspectiva se entiende el manifiesto "Por la creación
de una ciudad para todos", publicado por el Movimiento de Arquitectos y
Urbanistas del Colegio de Arquitectos de Chile en la Revista CA
N°96 de Marzo de 1999, donde se advierte la gravedad de ciertas
disposiciones que estarían contenidas en el proyecto de
modificación a Ley y a la Ordenanza General de
Urbanización y Construcción, como también a la Ley
Orgánica Constitucional de Municipalidades.
Por otra parte, debemos recordar que hace ya varios años que se
ha estado comentando de ciertas tendencias de las políticas
habitacionales, en el sentido de que se ha ido privilegiando en forma
creciente el carácter cuantitativo, en desmedro del cualitativo
en el ámbito de la vivienda social.
Importantes instrumentos públicos son los presentados al
parlamento; de los cuales depende la calidad de vida de la
población, tanto por las posibles satisfacciones sociales que
ello puede generar, como también, por las posibles
frustraciones. Esperamos que estas voces no permanezcan ahogadas en el
tumultuoso torbellino del progreso y evolución material donde
ineludiblemente debemos vivir en nuestros tiempos.
Concordante con estas reflexiones, el presente número del
Boletín aporta una monografía en que su autora, Isabel
Zapata, propone un proyecto arquitectónico para densificar un
sector urbano de Santiago, incorporándole un importante atributo
cualitativo tendiente a disminuir la presencia de focos
criminógenos. En este mismo sentido, Ana Rita Díaz,
contribuye con un artículo que da cuenta del trabajo del
Programa de Atención de Grupos Vulnerables en Argentina, dentro
del proceso de cambios sociales, económicos y políticos
ocurridos en las últimas tres décadas en el país
vecino. Además, publicamos otro artículo de Félix
Bombarolo en la que desde otro punto de vista se refiere al tema
anteriormente comentado, con un estilo cuentista revelando los
entretelones de los procesos de gestión local en Argentina, con
la participación de la población involucrada. Por su
parte y en el mismo contexto de las publicaciones de este
número, Paola Jirón describe los sistemas de
planificación estratégica para intervenir espacios
urbanos, asociados a incrementar la cornpetitividad y productividad de
las ciudades en el marco de la economía globalizada. Finalmente
Rodolfo Rotondaro hace un aporte más técnico, como
resultado de una investigación realizada en su país,
Argentina, destinada combatir el Mal de Chagas que sufren los
habitantes de viviendas en zonas afectadas.
Por los antecedentes comentados, esperamos con el presente
número, contribuir al conocimiento en vivienda en
Latinoamérica, con la expectativa, también, de satisfacer
las necesidades intelectuales y motivaciones personales de nuestros
lectores.
ORLANDO SEPÚLVEDA MELLADO
Académico del instituto de la Vivienda